El sector inmobiliario inició en el año 2015 la senda de la recuperación tras la crisis financiera y el pinchazo de la burbuja de la construcción. Y lo hizo gracias a unos tipos de interés muy bajos –incluso en negativo– y a la poca rentabilidad que daba por tanto el dinero a plazo fijo, lo que hizo que muchos ahorradores decidieran volver a invertir en el ladrillo con el objetivo de aumentar el parque de viviendas en alquiler.
Dicha recuperación sólo se vio interrumpida por una exigua caída de seis décimas durante la primera mitad del año 2018 y por los efectos del confinamiento en 2020.
Sin embargo, todo cambió en 2023. El euríbor –el índice de referencia para fijar los intereses incluidos en la inmensa mayoría de los créditos hipotecarios de tipo variable– había iniciado un año antes su escalada debido a las medidas del Banco Central Europeo para poner freno a la crisis inflacionista y llegó a superar el 4,1%, lo que encareció notablemente las hipotecas de las familias y frenó tanto la constitución de las mismas como la compraventa de viviendas, que se redujo casi dos puntos en la provincia de León. Y a todo ello se unía además que el dinero a plazo fijo volvía a dar algo de rentabilidad a los ahorradores, que se volvieron conservadores en un escenario de elecciones generales y de gran incertidumbre del escenario económico internacional.
Ahora, el euríbor ha comenzado a descender de nuevo (se encuentra actualmente en un 3,3%) y eso parece que ha vuelto a animar la compraventa de vivienda. En este sentido, los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) permiten evaluar el comportamiento del sector inmobiliario de la provincia de León durante el primer semestre de este año. El número de operaciones de compraventa de vivienda se incrementa un 5% hasta situarse en 2.281 (doce cada día).
Además de haber servido para recuperar la tendencia alcista tras el bache de 2023, el dato es el más elevado para un primer semestre en 16 años, ya que hay que remontarse hasta 2008 para encontrar uno más elevado (entonces se contabilizaron 3.388 operaciones).
En todo caso, el dato conocido este lunes se sitúa aún muy lejos del de la época anterior a la crisis financiera y al pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Basta recordar que durante los seis primeros meses de 2007 se adquirieron en la provincia de León un total de 4.335 viviendas, lo que supone casi el doble que en el ejercicio en curso. Fue a partir de entonces cuando se produjo el desplome del mercado. La cifra cayó un 21,8% en 2008 (hasta las citadas 3.388) y a la mitad al año siguiente (1.726). Posteriormente se produjeron algunos altibajos, pero con una tendencia general que siguió siendo menguante hasta alcanzar el mínimo entre enero y junio de 2014, cuando se contabilizaron en la provincia sólo 1.084 operaciones de compraventa de viviendas.
Conviene tener en cuenta además los datos en función de si la vivienda adquirida es nueva o de segunda mano. Durante los seis primeros meses de este año se comercializaron en la provincia 422 inmuebles de nueva construcción y 1.859 que habían tenido anteriormente otros propietarios. Ello supone que n siquiera una de cada cinco viviendas que se venden actualmente en la provincia de León son nuevas.
Esta tendencia es radicalmente distinta a la que se observaba antes de la crisis. Concretamente, entre los meses de enero y mayo de 2007 se comercializaron 1.927 inmuebles nuevos y 2.408 de segunda mano, es decir, que cada una de las tipologías acaparaba aproximadamente la mitad del mercado inmobiliario, aunque con una ligera ventaja de los usados, aun que hay que recordar que en aquella época muchas se compraban como inversión y se vendían a otros particulares sin haberse estrenado.