La polémica, reciente, de esta misma semana en León (el 20-N), a la puerta de Santa Marina, con gente cantando el Cara al sol y otros increpándoles —bastante pocos, es cierto— nos llevan a la reflexión de si «¿cincuenta años (49 para ser exactos) no es nada?». Veinte sabíamos, por el tango, que no, ¿pero cincuenta?
La década de Fernando Rubio, la de su archivo como fotoperiodista en León, es hoy más valiosa que nunca. En aquellos 70 fue la muerte del dictador —el 20-N de 1975—, en aquellos días de noviembre muchos leoneses salieron a la calle a expresar su dolor o su adhesión a sus ideas y en años sucesivos las concentraciones, los actos, se repitieron cada 20 de noviembre. Recupera Rubio las imágenes de su último año leonés, 1979, y en ellas —las que son en color— vemos todavía brazos en alto, yugos y flechas, trajes de Falange, saludos fascistas... tan solo habían pasado cuatro años.
Lo primero que hace Fernando Rubio es recuperar un aviso a navegantes que publicó en su muro de Facebook hace tiempo ante los comentarios a otras fotos parecidas, sobre el mismo tema:«Aviso a navegantes: Tanto las fotografías que publico hoy de homenajes a Franco, como las que publiqué ayer (en aquella ocasión) de La Pasionaria y las que publico habitualmente, son documentos gráficos de una parte de la Historia de León y como tal deben ser tratados: fiel copia de la realidad que fue. Las imágenes están exentas de significado político, salvo el que cada uno quiera darle, por lo que en sí son documentos neutros».
Salvo el que cada uno quiera darles. Salvo la importancia que cada cual le de a aparecer en ellas, hay caras conocidas, como la del famoso Fray Pacífico de Pobladura, fallecido en 1983 pero que estaría orgulloso de verse pues siempre presumió de que debajo de su hábito de franciscano llevaba siempre la camisa azul de la Falange.
Tiene frescos Fernando Rubio los recuerdos de aquel 1975 y 1979, no en vano era fotoperiodista y era un momento histórico: «Recuerdo que en aquella larga espera se sucedían las escenas de dolor, los titulares que lo decían todo —«No hay esperanza», en cualquier momento puede producirse el fatal desenlace—junto a chascarrillos que corrían entre los leoneses, uno muy repetido, el del hombre que iba al kiosco y le pedía al quiosquero que le enseñara la primera página del ABC; hasta que éste intrigado le preguntó.
- ¿Qué quiere ver cada día?
- Las esquelas.
- Las esquelas no salen en primera página, salen en el interior.
- La que yo espero saldrá en la primera página, no lo dude».
Y salió. Tal vez el hombre fuera el que aparece en la famosa foto de César mirando el periódico que, en grandes titulares, dice un escueto:«Franco ha muerto».
La larga espera la ilustra Rubio con un recuerdo de aquellos días en la prensa y en su departamento, la fotografía: «el periódico al ser matutino, se confeccionaba el día anterior. A las 5:15 de la madrugada del 20 de noviembre (1975), ya repartido el ejemplar de esa fecha, las campanillas de los teletipos, que sonaban incesantemente, fueron los heraldos de la noticia de su muerte. Inmediatamente, a las 7 de la mañana, ya sale la segunda edición del periódico, con la portada ‘Ha muerto Franco’ y un cuadernillo especial de 20 páginas que ya estaba preparado desde julio de 1974, cuando la enfermedad del Jefe del Estado le obligó a ceder el mando al Príncipe Juan Carlos, hasta el 2 de septiembre del mismo año. Este suplemento con el título ‘Franco ya es historia’ incluía la biografía, la crónica de las visitas de Franco a León, las últimas fotos...». Y hasta hubo una tercera edición con ‘El testamento de Franco’ y la ya conocida imagen de Arias Navarro en su mensaje en TVE ‘Españoles, Franco ha muerto’.
Tenía el hoy feliz jubilado Fernando Rubio 27 años y llevaba 5 como fotógrafo de prensa, «en esa situación privilegiada conocí de primera mano el ambiente que se respiraba en León, las preocupaciones y esperanzas que el ‘hecho sucesorio’ podían significar en nuestra sociedad y en nuestras vidas. Acababan 36 años de una situación estable, aunque en forma de dictadura y se abría un horizonte incierto y nuevo para la mayoría».
Horizonte en el que pocos preveían que 49 años después ante la iglesia de Santa Marina se cantara el Cara al sol, que se reivindique en algunos ámbitos e, incluso, partidos políticos la figura de un dictador —ante el desprestigio de la clase política actual, apuntan muchos opinadores, hoy mismo lo hace Jorge Brugos en este periódico— y «sea más necesario que nunca contar la verdad científica del dictador y la dictadura», en palabras del decano de Filosofía, Javier Rodríguez, al presentar un amplio volumen multidisciplinar sobre todos los aspectos de aquella época que arrancó en 1975. Pocos imaginaban que tuviera sentido la pregunta: «¿Con o contra Franco?».