Cruz Roja León atendió durante el presente año a 212 personas sin hogar, 50 mujeres y 162 hombres. La atención se dirige a personas que se encuentran en una situación de exclusión residencial, lo que abarca desde estar en una situación de vivienda inestable hasta desarrollar la vida en la calle. Así, el objetivo del programa es fomentar la autonomía e independencia de la persona, lo cual se lleva a cabo a través de tres líneas de intervención.
La primera de ellas es la atención psicosocial diurna en la Oficina Provincial de Cruz Roja en León, en la calle del Cid, donde se informa, asesora, apoya, orienta y se hacen acompañamientos sociales. Además, organizan talleres de diversas temáticas como pueden ser autocuidado personal o habilidades sociales.
Por su parte, el centro de higiene, situado en la avenida Alcalde Miguel Castaño ofrece un servicio de ducha y lavandería bajo cita previa, en el que además se proporcionan productos de higiene y aseo personal. En este servicio las personas también pueden informarse de los recursos existentes en la ciudad, al tiempo que es un punto de difusión de las actividades de ocio alternativo y formaciones especificas organizadas para las personas beneficiarias por parte de Cruz Roja.
Finalmente, la Unidad de Emergencia Social presta los martes y jueves un servicio a pie de calle donde se atiende a la población sin hogar, para lo que el equipo de voluntarios se desplaza por diferentes puntos de la ciudad prestando una atención directa y cercana, proporcionando bebida caliente y algo para comer y reduciendo los daños que provoca la pernocta. En cada salida se atiende a una media de diez a quince personas que, además, reciben un mapa de recursos para informar a las personas que se encuentran en esta situación, facilitándoles el acceso a los diferentes recursos de la ciudad.
Esta atención a transeúntes se lleva a cabo desde el año 2012 gracias al Proyecto de Atención Integral a Personas Sin Hogar que está financiado por la Junta de Castilla y León con cargo a la asignación tributaria del 0,7 por ciento del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Actualmente cuenta con 31 voluntarios de la ONG.
Del trabajo a la calle
Cruz Roja publica además un estudio que refleja que las 66% de las personas sin hogar atendidas por la ONG estaban en una situación normalizada en cuanto a vivienda y empleo antes de vivir en la calle. El estudio revela que, amedida que pasa el tiempo y terminan en situación de calle, las dificultades y la disminución de expectativas empujan al abandono en la búsqueda de empleo: una de cada cuatro personas sin hogar que llevan en situación de sinhogarismo 4 años o más no han intentado encontrar empleo.
El estudio de Cruz Roja también rompe con el estereotipo de que las personas extranjeras son las que más viven en la calle, ya que el 53% de las personas sin hogar atendidas por la organización han nacido en España, y revela un importante incremento del sinhogarismo femenino: aunque sigue siendo mayoritariamente masculino (82%), la cifra de mujeres en situación de calle ya llega al 18%. En cuanto a la edad, el grupo mayoritario es de las personas de 45 a 64 años (51%), y un 18% tienen menos de 30 años percibiendo un aumento de estas personas en los últimos años.
Soledad, discriminación y mala salud
La percepción de su salud entre las personas sin hogar es significativamente peor que la del resto de la población (15.9% frente al 7.04% afirman que su salud es mala o muy mala). Las personas sin hogar se perciben con un peor estado de salud mental y emocional respecto a la población general ya que declaran más problemas emocionales destacando especialmente el sentimiento de soledad, 4.3 veces más que entre la población general (43.2% frente al 10.1%), la depresión, 3.7 veces más que entre la población general (36.5% frente al 10%) y tristeza (34% frente al 16.9% general).
Tanto hombres como mujeres viven mayoritariamente solos, sin pareja en el 88.7% de los casos, y la mayoría sin hijos e hijas, aunque los tengan. El aislamiento social de las personas sin hogar es acusado, el 31% de las personas encuestadas manifiestan que se sienten socialmente aisladas, y que no pueden contar con la ayuda de nadie. Una de cada cuatro personas encuestadas se encuentra en aislamiento severo ya que no ha mantenido contacto por ningún medio con ninguna de las figuras socioafectivas más universales.
Contra el estereotipo dominante, el consumo de alcohol es incluso ligeramente inferior al de la población general, situándose en el 34.3% entre las personas en situación de calle, frente al 35.1% de la población general.
Prácticamente ocho de cada diez personas sin hogar (78.1%) ha experimentado discriminación, destacando la relacionada con la aporofobia (68.3%) junto a rechazo por origen, minoría étnica, edad, sexo o estado de salud. Las discriminaciones más graves son llevadas a cabo por personas cercanas (46.8%), pero también afirman haber sentido la discriminación por la administración pública (19.2%) o los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado con humillaciones y trato indigno.