La localidad leonesa de Cuadros tiene hoy un cumpleaños especial. Se trata del de un vecino ilustre: Osmundo Llamas Cañón, pero allí siempre será ‘Mundo’. La jornada es especial porque cumple 100 años desde que naciera el 20 de enero de 1925 en el mismo Cuadros. Desde entonces ha desarrollado toda su vida allí donde hoy continúa su día a día.
Nunca se alejó mucho tiempo al desarrollar su vida laboral en el aserradero del vecino Santibáñez, negocio que heredó de su padre y compartió siempre con su hermano. Durante un tiempo se acercó a otra localidad vecina del municipio, La Seca, para estar como jornalero en el polvorín que estuvo allí muchos años y que durante su construcción dio trabajo a mucha gente llegada incluso de Extremadura. Compaginó esos trabajos de la sierra con los tradicionales del campo y la ganadería con sus ovejas y sus cerdos para conseguir dar una vida mejor para su familia.
Por este motivo, este lunes el Ayuntamiento de Cuadros reconocerá su larga vida en el pueblo haciéndole entrega de una placa conmemorativa y unas flores en la fiesta en la que estará acompañado por parte de las generaciones que componen su familia, que también le han querido homenajear con el escrito debajo de estas líneas.
100 años
Como dice Mundo, este hombre lúcido y amable, «puede que no sea difícil llegar a los 100 años, pero llegar como yo, no es muy normal visto como se van sucediendo los años en este pueblo de Cuadros donde he nacido y pasado un siglo de vida».
En el año de 1925, año en el que nació Mundo, cada casa tenía una familia entre siete y nueve miembros. Ahora, en este barrio del valle donde vive, quedan pocos vecinos. Su vida ha sido el trabajo en el aserradero, primero de su padre, más tarde heredado por él y su hermano con el que trabajó codo con codo, día tras día, desde el amanecer hasta que el sol se ocultaba.
Con Pacita, también vecina de Cuadros formó una familia. Ella en la agraria y él en la sierra labraron un futuro para los hijos. Trabajo duro, vida sencilla, con faltas, pero sin hambre.
Mundo intuía, que si estudiaban sería bueno para ellos, mejor que quedar arañando la tierra o cuidando vacas. El sacrificio de Pacita y Mundo llevó a los cinco hijos a estudiar en León y Valladolid para labrarse mejor futuro que aquel presente de los años setenta. Ellos ahora vuelven cada semana a hacerle compañía y dar descanso a la señora que lo cuida. Mundo es un hombre de gesto vivo, alegre e irónico, es parlanchín y buen conversador.
Le gusta contar muchas de las historias acontecidas en su vida cotidiana. Recuerda a cada persona del pueblo y a tantos y tantos que han pasado por su vida, desde la pandilla del vino después de la misa de los domingos hasta a los muchos hombres que trabajaron en la sierra, y todo lo cuenta con humor y la sabiduría que le dio la poca escuela y la mucha vida.
Se mantiene en un estado físico y mental envidiable con pequeñas molestias que no le impiden para nada subir y bajar las escaleras varias veces al día, asearse, hacer su cama, prepararse la ensalada o el cesto con leña para prender la cocina.
Los hijos a veces le toman el pelo. Papa, nosotros estamos peor que tú y no mienten. Y él sigue su rutina diaria que lo mantiene ágil y despierto, capaz de salir a dar su paseo, mantener una conversación o echar una partida a las cartas en casa porque al bar dejó de ir por el covid.
Tres hijas y dos hijos le han dado siete nietos y estos cinco biznietos a los que gusta contar su vida de niño, les explica un poema o canta una canción.
Jugador de fútbol que fue del Club Cometa Cuadros es aficionado al fútbol y seguidor del Real Madrid, aunque disfruta viendo cualquier partido, desde un Mundial a uno de alevines.
Sus hijos, todos ellos jubilados, creen que es un lujo tener un padre sano y con la mente tan clara. ¿Los defectos? Los dan por buenos.
Él se ríe, pero no abandona el bastón de mando, seguro que eso lo hace seguir navegando por la vida.Mundo ha sido referente en el pueblo, un espejo donde mirarse a la hora de entender lo que puede ser un hombre dedicado a su familia, trabajo y buena vecindad; de forma abnegada, honesta y servicial.