Cinco ayuntamientos afectados (Castrocontrigo, Luyego, Quintana y Congosto, Castrillo de la Valduerna y Destriana); diez juntas vecinales; 10.555 hectáreas de superficie arbolada (en su mayoría de pino resinero) y otras 1.170 de matorral, pastos y cultivos; un perímetro de 60 kilómetros; un millón de euros de costes de extinción... Los números hablan por sí solos.
De momento se han arado y plantado 450 hectáreas de los montes de utilidad pública y en otras 250 se ha semillado Según datos de la administración autonómica, el 70% de las hectáreas calcinadas se corresponden con montes de utilidad pública y contenían la gran mayoría de la madera quemada. De éstos, el 70% se regenerará naturalmente y el 30% se hará mediante acciones de reforestación que ya se han iniciado, concretamente, se han arado y plantado 450 hectáreas y en otras 250 se ha semillado. No obstante, y aunque aseguran que la regeneración natural es altísima, son conscientes de que hay que gastar más, que entre los próximos cinco y diez años habrá que hacer una inversión muy grande en tratamientos selvícolas.
Una de las primeras medidas que se tomaban tras el incendio era la extracción de la madera quemada para evitar el riesgo de plagas y sentar las bases de la regeneración. En total se sacaron 549.640,67 metros cúbicos de madera en volumen con corteza, la práctica totalidad de la afectada por el fuego. Esta madera fue subastada en el Ayuntamiento de Castrocontrigo y de ella se obtuvieron alrededor de 2,5 millones de euros, un dinero que fue destinado a los propietarios de los montes.
El fuego se inició a las 14:06 horas del 19 de agosto de 2012 en una zona próxima a un robledal entre Castrocontrigo y Torneros. La Junta declaró casi de manera inmediata el nivel 1 de Infocal, con la presencia de los primeros medios aéreos. Apenas media hora más tarde, y una vez que se confirmó la virulencia del fuego, que cruzó el río Eria y se adentró en el pinar, se incrementó el número de medios aéreos.
Esa misma tarde se declaró el nivel 2 de emergencia ante el riesgo que se consideró que existía para las personas y los bienes, con la proximidad de las llamas a Torneros de Jamuz y Quintanilla de Flórez, localidades que a punto estuvieron de ser desalojadas. Al día siguiente ya se hablaba de 5.000 hectáreas afectadas en un perímetro de 30 kilómetros. Las condiciones meteorológicas no ayudaron y dos días más tarde el perímetro del incendio, de más de 60 kilómetros, se dio por estabilizado, aunque ya se redujo el nivel de emergencia, aunque no fue hasta el 28 de agosto cuando se dio por controlado y extinguido el 6 de septiembre, después de casi 20 días de intenso trabajo.
"La Junta puso un precio muy cómodo para los madereros"
Tras el incendio de 2012, la Junta deCastilla y León se encargó de poner precio de salida a los lotes de madera quemada. Un coste que, a juicio de los vecinos de la zona, no fue del todo ajustado al valor real de los pinos afectados por el fuego. «Pensamos que la Junta puso un precio muy cómodo para los madereros», apunta el teniente de alcalde de Castrocontrigo, Luis Miguel Molleda, que explica además que «al hacerlo por lotes, pusieron cierta cantidad de pies que no era, ya que había más». Esto supuso que los compradores en las subastas tuvieran un precio muy «rentable» para llevarse la materia quemada. «Lo hicieron para que no quedara ninguna subasta desierta y todo se cortara», agrega Molleda, que asegura que sólo hubo un lote que no se vendió, en Morla, porque eran «pinos pequeños y era difícil para las máquinas». Destaca además que la zona afectada «tardará entre 40 y 50 años en recuperarse» y apunta también que ya no habrá «entresacas como la última de Castrocontrigo (antes del incendio), que supuso 80.000 euros». «Esto ya no lo veremos nosotros», agrega.