Debutantes en Cáritas por la pandemia

Las consecuencias económicas de la crisis sanitaria del coronavirus se hacen cada vez más presentes a través del cierre de empresas o del incremento del paro. Pero las necesidades de buena parte de la población van incluso más allá de aquellas familias que han perdido su medio de vida como consecuencia de la caída de la actividad por las restricciones para frenar la propagación del coronavirus. En este sentido, no podemos olvidar a aquellos que antes de la pandemia no tenían un hogar o se encontraban ya en una situación de soledad o de vulnerabilidad.

La labor solidaria que habitualmente desarrolla Cáritas se ha tenido que incrementar como consecuencia de la crisis sanitaria y económica por la que atravesamos y buena prueba de ello son las 973 personas que solicitaron su ayuda por primera vez durante el pasado año en la Diócesis de León. Representan un 21% de las 4.654 personas atendidas por la organización, pero la cifra de beneficiarios es mucho mayor y se sitúa en 6.730. En este último dato se incluye a los miembros de las familias de aquellas personas que acuden a pedir ayuda.

Los datos de Cáritas Diocesana de León reflejan además que hubo 1.821 personas (un 39%) que llevaban más de un año sin tener que pedir su ayuda, de lo que se deduce que habían solucionado en cierta medida sus carencias hasta que se desató la pandemia.

A nivel nacional, Cáritas ha rendido cuentas de su labor durante el pasado año, en el que la pandemia ha hecho que casi medio millón de personas hayan llamado por primera vez a las puertas de la organización diocesana o hayan acudido después de mucho tiempo sin necesitarlo. De hecho, durante esta crisis, una de cada tres personas (33%) es nueva o hacía más de un año que no acudía buscando ayuda. Un 26% de quienes han recurrido a Cáritas a causa de esta crisis lo hicieron por primera vez.

En este sentido, el presidente y la secretaria general de Cáritas, Manuel Bretón y Natalia Peiro, aseguraron que la respuesta a la pandemia se ha centrado en primer lugar en «mantener el apoyo a las familias con las que ya se estaba trabajando y cuya situación se ha agravado con esta crisis». Además, se ha tratado de «acompañar a las familias que acudieron por primera vez a causa de la precariedad sobrevenida ante esta realidad» y de «adaptar la acción de voluntarios y contratados a la nueva situación impuesta por el distanciamiento social para garantizar el acompañamiento a las personas que demandan nuestro apoyo».

«Cáritas tuvo que reinventar sus itinerarios de acompañamiento a causa de la pandemia. Muchas actividades, al menos en la primera fase, fueron necesariamente suspendidas o aplazadas, como las acciones presenciales de formación, las visitas domiciliarias, o los trabajos y dinámicas con grupos. En algunos recursos donde la presencia física era estrictamente necesaria, las mayores dificultades vinieron por la ausencia de equipos de protección y por la falta de personal», aseguró la secretaria general de la organización diocesana.