‘Déjà vu’ electoral

Podía parecer que este domingo ya lo habían vivido, que Llánaves de la Reina se volvía a despertar en el 24-M (24 de mayo, elecciones municipales), un ‘déjà vu’ que dicen los franceses (o un ‘ya visto’ si lo castellanizamos). Pero esta jornada electoral sólo afectaba a los 18 integrantes del censo electoral de la localidad –eran 19, pero uno de ellos falleció el pasado mes de febrero–, a los tres integrantes de la mesa y al dispositivo de seguridad que establece la ley para las citas con las urnas, y ni ellos parecían muy entregados.

Quizá porque ya se sabía el final... María Rosa García (PP) era la única candidata a alcaldesa pedánea. Así y todo, el colegio electoral, instalado en un salón de la escuela de Boca de Huérgano, estuvo abierto desde las 9 de la mañana a las 8 de la tarde. Ni siquiera los vecinos del pueblo sabían qué pasaba ayer allí para que estuviera abierto: –Que hay que repetir las elecciones de Llánaves, –Y eso, ¿por qué?, –Un error en las actas, dijeron...

Y allí estaban otra vez la presidenta de mesa y los dos vocales; uno de ellos el primer suplente, pero como todo tenía que ser igual que el pasado 24 de mayo, la titular se volvió a librar de la obligación. Eso sí, vuelven a cobrar por ello, 80 euros la presidenta de mesa y 60 cada uno de los vocales, aunque a juzgar por sus caras hubieran preferido ahorrarse el trastorno, pues uno tuvo que viajar desde León, otra desatender su negocio y, el tercero, no sabemos, pero seguro que hubiera encontrado algo más interesante que hacer para pasar el domingo, aunque fuera estar en el bar que hay a la vuelta de la esquina del colegio electoral que tenía más parroquianos que censados hay en Llánaves.

Trabajo no tuvieron mucho... 19 vecinos llamados a votar, uno de ellos fallecido, y sólo 8 votos en la urna a las tres de la tarde, y no esperaban más. Casi igual que en Cataluña, donde ayer la gente hacía cola a la puerta de los colegios electorales para elegir al Parlamento catalán –y pronunciarse sobre independencia sí o independencia no–, de hecho era lo que estaban viendo los integrantes de la mesa de Boca de Huérgano ayer a mediodía en la televisión.

Decir que de los 19 censados de Llánaves, en mayo votaron 15 y ayer lo hicieron ocho, suena poco potente. Pero ojo, vestirlo de porcentaje y contar que la abstención pasa del 20% al 58% ya no es moco de pavo.

El pueblo cuya alcaldía estaba en juego, Llánaves de la Reina, vivió la jornada con total normalidad, es más, casi ajena a lo que estaba pasando a 17 minutos en coche: la elección de su alcaldesa pedánea (repetimos que sólo había una candidata, la que ya estaba en el cargo y que ha estado ejerciendo como tal en funciones desde mayo).

Era la resolución de la Junta Electoral de Zona de Cistierna de declarar nulas las elecciones del pasado 24 de mayo para esta pedanía por «irregularidades encontradas en el acta de escrutinio de la mesa electoral» la que volvía a citarles ayer allí, en Boca de Huérgano, cabecera del municipio que aglutina nueve pueblos y 400 electores. Por eso ayer no cabe duda de que pondrían mucho cuidado en marcar bien cada dato, porque por mucho que se estrujan la memoria no entienden qué falló hace cuatro meses.

Menos aún para hacer repetir unas elecciones en un pueblo de 20 habitantes (según el INE) con resultado sabido. Aunque no fue el único que ayer se vistió de elecciones –además de los catalanes–, también se repetían este domingo los comicios municipales en Dúrcal (Granada), Tébar (Cuenca) y Hurones (Burgos), eso sí, con 7.159, 313 y 68 habitantes cada uno y algo más de emoción, pues en el que menos, había como poco dos candidaturas.