A Susana y Cindy les une el cariño, el apoyo y la ternura. También la muerte y el dolor. Ambas forman parte del Programa para la atención integral a personas con enfermedades avanzadas y sus familias que la Fundación "la Caixa" desarrolla en la provincia de León. Hablan y se escuchan, parece que se intercambian sus papeles, pero sus roles son bien diferentes: Susana Vargas es una de las psicólogas del Equipo de Atención Psicosocial (Eaps) y Cindy tuvo que vivir la pérdida de su madre en la Unidad de Cuidados Paliativos hace ahora un año.
Se conocieron en el Hospital del Bierzo y pasaron a trabajar juntas cuando Cindy "venció el miedo". El programa de la Fundación atiende los aspectos emocionales, sociales y espirituales de las personas "en situación de final de la vida", y también el de sus familiares para anticipar el proceso de duelo "detectando si hay un vínculo especial con los pacientes", explica Susana Vargas, y después, cuando han fallecido porque "determinadas personas tienen más dificultad para soltar y poder sobrellevar mejor el proceso".
Esto fue precisamente lo que le sucedió a Cindy. Ella cuenta que cuando falleció su madre, Susana le ofreció el apoyo, pero creía que "no necesitaba ayuda". "Si he podido con la enfermedad de mami, también puedo con esto", pensaba. Pero lo cierto es que no fue así y por eso devolvió la llamada a la psicóloga. Ahora, después de casi un año en el programa, se confiesa "muy contenta y agradecida". Gracias a su voluntad y a las herramientas que le ofrece Susana en cada sesión, "ahora disfruto de los momentos con mis amigos y también de la soledad, puedo sonreír tranquila porque sé que mami está conmigo", cuenta. Y es que, hubo un momento en el que "el dolor era monumental" y ahora, reconoce que aunque "siempre va a estar ahí, porque es inevitable", tiene la capacidad de conseguir que la situación "sea más llevadera".
Los avances de Cindy, además de estar relacionados con sus ganas y su fuerza de voluntad, llevan consigo el trabajo de Susana Vargas. Ella atiende a sus pacientes de manera personalizada y en sus domicilios, tanto a los que son enfermos de cuidados paliativos que han recibido el alta como a los familiares, ambos necesitados del apoyo emocional y espiritual. Una mirada hacia la espiritualidad que no está guiada por la religiosidad –que también puede– sino "con el sentido de la vida". Cuando la psicóloga trabaja con esos pacientes que buscan mejorar en sus últimos días, explica que trata "una reconciliación para poder irse en paz". Susana Vargas detalla que al final de la vida "todas las personas tenemos cinco cosas clave que nos gustaría dejar resultas" y las enumera: perdonar, pedir perdón, dar las gracias, decir ‘te quiero’ y decir ‘adiós’. Para conseguir esta calma, la psicóloga del programa de la Fundación "la Caixa" habla con los pacientes, les deja expresarse y que encuentren ese sentido.
Por otra parte, el acercamiento a los familiares se realiza según sus necesidades. Lo que muchas personas están buscando es "poder hablar del fallecido", cuenta la psicóloga, porque "por norma general, en esta sociedad intentamos tapar la muerte". Asimismo, Susana Vargas trata con las familias la falta y la ausencia y muchas veces también la rabia: "Enfadarse con una persona que se ha ido es muy normal, pero a muchas personas les genera un sentimiento de culpa".
"Una unidad especial"
El equipo de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital del Bierzo también es un grupo de apoyo. Todas las personas que se relacionan con los pacientes en esta área son importantes en el proceso, desde los médicos hasta los celadores. Y es que, "la mayor parte de los pacientes y las familias se atreven a hablar incluso más con la persona que entra a limpiar que con un profesional", cuenta Susana. Por eso, que estos tengan las herramientas es importante, como también lo es cuidarse a la hora de crear o romper un vínculo. "Para cualquiera de los que estamos en contacto con los enfermos también es duro e impactante cuando un paciente fallece". Por eso, el soporte que ofrecen al resto de los profesionales es una parte importante de la labor de las psicólogas del Eaps y consiguen que el equipo sea un referente en los cuidados: "Los pacientes dicen que es una unidad especial con un nivel de humanidad muy grande".