Y hacer un recorrido por la última década significa contar en primer lugar la historia de menos gente, porque la provincia ha perdido desde entonces un total de 31.825 habitantes. Los 495.041 referidos a principios de 2009 contrastan con los 463.756 del último dato disponible (mediados de 2018).Por grupos de edad, la sangría demográfica se ceba con los jóvenes de entre 20 y 34 años (durante la última década se han perdido 30.604). Ello puede atribuirse al descenso de la natalidad y a la emigración a otras provincias o países en busca de mejores perspectivas laborales durante los años de la crisis. Mientras, la población crece en los grupos de edad más avanzada por el incremento de la esperanza de vida. León tiene hoy 9.507 habitantes más que hace una década por encima de los 80 años de edad y la cifra de los que superan el siglo de vida ha pasado de 158 a 238.
Y esto se traduce también en un mayor número de pensiones. Los datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social reflejan que en la provincia de León había hace diez años un total de 141.425 pensionistas. Mientras, el último dato disponible (diciembre del año pasado) habla de 142.436. Son 1.011 más que en 2009. También ha crecido la cuantía media de las pensiones, que ha pasado de 725,79 a 941,61 euros. El incremento durante este periodo ha sido por tanto de 215,82 euros.
De todos estos datos puede concluirse que tres de cada diez habitantes de la provincia son pensionistas, un colectivo que ha resultado fundamental para muchas familias a la hora de hacer frente a la crisis económica que ha marcado gran parte de la última década y que ha lastrado el mercado de trabajo en León.
El año 2009 se enmarca en los primeros compases de esa crisis y entonces la provincia contabilizaba 30.462 parados. La cifra es muy similar a la actual (se sitúa en 30.418). Sin embargo, la cifra de cotizantes a la Seguridad Social, es decir, de personas que tienen un empleo, sigue siendo muy inferior a la de entonces pese a la recuperación que el mercado de trabajo ha experimentado durante los últimos cinco años.
Concretamente, la cifra de afiliados es ahora de 157.822. Son 16.282 menos que hace justo una década, cuando la cifra alcanzaba los 174.104 trabajadores que cotizaban a la Seguridad Social. Que haya el mismo paro con muchos menos trabajadores es achacable a la emigración a otras provincias o países, al envejecimiento y también a que muchas personas que no tienen derecho a prestación se borran de las listas del Ecyl. Mención específica requieren los afiliados al régimen de la minería, un sector que fue vital en la provincia y que sigue agonizando. Hace una década tenía 2.534 afiliados en la provincia, cifra que ahora se ve reducida a sólo 283. La minería mantiene actualmente una décima parte del empleo que generaba en 2009.
Pero más allá de estadísticas económicas y sociales, la década que se revisa con la etiqueta #10yearschallenge se traduce en importantes y esperados avances en materia de infraestructuras. Para 2009 estaban prometidos proyectos como el AVE, que llegó en 2015 y que aún no funciona a pleno rendimiento, o la autovía a Valladolid, que sólo tiene en servicio los tramos de los extremos. En estos diez años también se ha estrenado la nueva terminal del aeropuerto, se ha convertido en rotonda el cruce de Michaisa, se ha suprimido el paso a nivel, se ha iniciado el soterramiento del AVE y se ha rehabilitado el edificio Araú.