La Iglesia de León ha salido al paso de la polémica generada este año por la misa en honor al dictador Francisco Franco que se celebra cada 20 de noviembre en la parroquia de Santa Marina la Real de la capital leonesa.
Lo ha hecho a través de una carta escrita por el vicario general, Luis García, en nombre del obispo, Luis Ángel de las Heras, en la que el Obispado deja claro que esta celebración religiosa "ni es un homenaje ni una exaltación de la persona de este difunto o de sus acciones".
Sin alusiones al párroco falangista de Villamuñío, Jesús Calvo, que oficiará la misa, pero sí al papa Francisco, al que este llamó "hereje" cuando accedió a la Santa Sede, la misiva está escrita en respuesta a la que envió a la Diócesis la agrupación Juventudes Socialistas solicitando la cancelación del rezo.
En cualquier caso, el Obispado defiende "la libertad de un feligrés de Santa Marina" que solicita cada año esta celebración de carácter religioso ante la que "no nos corresponde hacer nada en contra".
Este es el contenido íntegro de la carta:
"Nada más lejos de nuestra intención que exista malestar e indignación en cualquier ámbito de la sociedad leonesa; por el contrario, siempre tratamos de colaborar con la buena convivencia de todos los ciudadanos y con la amistad social entre todos, como repite incansablemente el papa Francisco.
Como bien saben, es una práctica antiquísima en la Iglesia el que los fieles vivos manden a los sacerdotes celebrar la Misa para pedir el descanso eterno y el perdón de los pecados de los difuntos; y más común es todavía en los aniversarios de los fallecimientos. Tal es el caso de esta celebración a la que ustedes se refieren: un feligrés de la parroquia de santa Marina encarga todos los años la misa, el día 20 de noviembre, por Francisco Franco.
Nada nos corresponde hacer en contra de esta decisión de un fiel que, en el libre ejercicio de su libertad religiosa, hace este encargo. Estas celebraciones, como cualquiera que tienen lugar todos los días por los difuntos en las iglesias de la diócesis no se conciben como “homenajes” o “exaltaciones” de las personas (como efectivamente sería en el caso de los santos que han sido canonizados, que sí se presentan como modelos de vida cristiana a imitar por el resto de los fieles).
Así mismo, les hago partícipes con total rotundidad que, por parte de la Diócesis de León no está en el ánimo de nadie la exaltación de la persona de este difunto o de sus acciones, ni la toma de posturas por opciones políticas concretas actuales o del pasado.
Bien es cierto que, en algunos casos, existen manifestaciones de este tipo en torno a la iglesia donde se celebra la misa, pero suceden en el exterior del templo y no nos corresponde a nosotros regular esas reuniones o manifestaciones.
Sin otro particular y agradecido por su comunicación, en el clima de buen entendimiento que siempre ha de reinar entre las instituciones de nuestra ciudad, reciban un cordial saludo.
Luis García Gutiérrez, vicario general".