“Compañeros del alma compañeros”, como dijo Miguel Hernández en la elegía a la muerte de su amigo Ramón Sijé.
Os escribo desde un pueblo de montaña de León, Murias de Paredes, por el que pasasteis camino de Villablino en las épocas en que la ideología tenía un sentido y se sabía cómo escribir la palabra sin entrar en más profundidades.
Don Felipe González (Isidoro) y Don Alfonso Guerra, a quien todos venerábamos por vuestra capacidad de saber transmitir e ilusionar en la lucha por la democracia, tengo que deciros que mi alma y mi corazón se encogen cada vez que decidís dictar doctrina sobre cómo utilizar y manejar la democracia.
No sé muy bien como acalláis vuestras conciencias cada vez que decidís trasladar a la ciudadanía vuestras opiniones sobre cómo deben gestionarse los gravísimos problemas de estado que nos afectan.
Tampoco entiendo qué necesidad moral os asiste a la hora de hacer uso de vuestras opiniones, casi nunca para trabajar por el orden social, sino para distorsionarlo, al igual que tampoco sé como embalsamáis vuestras conciencias personas que lo habéis dirigido todo con mano de hierro y sin dar explicaciones (que seguramente no podíais dar).
Me avergüenza como socialista y alcaldesa, desde hace ya dieciséis años, como podéis ser tan insensatos e incapaces de no poneros en la piel de nuestro presidente del Gobierno que ha tenido que sobrepasar todos los límites de la tolerancia para que este país haya seguido adelante.
Quizá no os vendría mal acudir a la tan traída y llevada “humildad” y mirar hacia el papel que ha desempeñado y desempeña nuestro expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, dejándose la piel en las últimas elecciones cuyos vaticinios no eran precisamente halagadores.
La vida pasa a más velocidad de la que pensamos y observarla desde sillones de confort y privilegios al alcance solo de unos pocos, cuanto menos no resulta o parece solidario y menos aún ejemplarizante para trasladar a las jóvenes generaciones un sentido de que lo social importa y qué hay que trabajar y pelear por ello.
Seguimos arrastrando un machismo indecente que ha quedado al descubierto con las actitudes que ha derrochado el Señor… Rubiales ante Jenni Hermoso, desdibujando y tiñendo de negro el color resplandeciente del triunfo de la Selección Femenina de Fútbol de España y a la vez de todas las mujeres que incansablemente peleamos día a día por el respeto y la dignidad que merecemos.
Hay mucho por lo que trabajar en pro de una sociedad alejada del totalitarismo y de la decencia moral y ética no basada precisamente en la discordia y el enfangamiento de la convivencia civilizada y democrática que nos separe de las luchas intestinas y Kafkianas que llevan a la sociedad al derrumbamiento de lo que realmente importa, alejándonos cada vez más de lo que significa la solidaridad y el trabajo por tejer las diferencias, esto sí es hacer POLÍTICA con mayúsculas, algo que nos ha demostrado con humildad, tenacidad y sin descanso nuestro presidente Pedro Sánchez.
Recluiros en vuestros magníficos espacios de bienestar, vosotros y vuestros seguidores y dejad que la lucha por lo importante siga su curso.
Os puedo asegurar que la sociedad que pisa la tierra, lucha y pelea por ella, cada día, os lo vamos a agradecer.
Presidente, creo que has dado suficientes ejemplos poniendo en práctica que el auténtico valor de la política es poder transformar la realidad, no decaigas en el empeño a pesar de las múltiples presiones a las que te puedas ver sometido.