La Diputación abandona desde hace ya dos años la distinción de la FAO a la montaña leonesa

Ni se ha utilizado el sello en productos ni en campañas que permitan atraer a la montaña turismo sostenible de calidad

26/03/2025
 Actualizado a 26/03/2025
La concesión del título oficial de Sipam se llevó a cabo en Roma en mayo de 2023. | L.N.C.
La concesión del título oficial de Sipam se llevó a cabo en Roma en mayo de 2023. | L.N.C.

El próximo 23 de mayo se cumplirán dos años desde que la comitiva de la Diputación Provincial, con el entonces presidente Eduardo Morán al frente, viajó a Roma para recibir de forma oficial el reconocimiento como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (Sipam) para la montaña leonesa, un hito que, durante meses, generó una gran esperanza en la provincia. Este reconocimiento, otorgado por la FAO, no solo destacó la singularidad de la montaña leonesa, sino que también abrió un abanico de oportunidades para su desarrollo económico, social y turístico. Sin embargo, tras casi tres años desde la consecución de este distintivo, la habitual parálisis de la Diputación de León ha demostrado una alarmante falta de compromiso para poner en valor el título y aprovecharlo de manera adecuada.

La montaña leonesa, con su biodiversidad, paisajes únicos y tradición agrícola, logró un reconocimiento que aún puede revertir su declive. Hubo mucho trabajo detrás de la candidatura, trabajo en el que sí hubo colaboración institucional, a todos los niveles, sobre todo de diferentes expertos de la Universidad de León, donde aún esperan por la Diputación para formar el convenio del que pueda salir una fundación que, según se ha dicho en diferentes foros aunque no de forma oficial, puede convertirse en el órgano gestor, que en su momento se tendrá que dotar de presupuesto y personal para poner en valor un reconocimiento que en otros rincones del planeta ha servido para atraer turismo de calidad y sostenible poniendo en valor el patrimonio natural. De hecho el Sipam, una distinción que otorgan organismos internacionales como la FAO, subraya la importancia de las prácticas agrícolas y la preservación del patrimonio cultural en áreas de alto valor ecológico. Para la montaña leonesa, esta fue una oportunidad histórica para destacar su riqueza natural y atraer inversiones, turismo y proyectos de desarrollo sostenible.

En el arduo proceso para obtener este reconocimiento fue necesario, entre otras muchas cuestiones, presentar un plan de acción a desarrollar durante los años posteriores. De momento, la Diputación ya ha perdido dos, porque aunque no exista la fundación o el órgano gestor de Sipam en la montaña leonesa bien se podría haber llevado este sello a los diferentes foros de turismo donde se pretende promocionar la provincia o, cuando menos, utilizarlo en el etiquetado de productos típicos leoneses, de los que también es responsable la institución provincial. A pesar de la importancia histórica de este título, la Diputación de León ha dejado pasar casi tres años sin tomar ninguna medida relevante para aprovechar este distintivo que podría haber sido una gran carta de presentación para la provincia.

Es evidente que la Diputación de León ha tenido tiempo más que suficiente para implementar estrategias y acciones que posicionaran este título como un factor atractivo para el turismo, la economía local y el fortalecimiento de la identidad. Sin embargo, no ha habido esfuerzos significativos en esta dirección. Resulta más que obvio que la Diputación, con el actual equipo de gobierno, ha fallado en desarrollar actividades y campañas de sensibilización para explicar al público, tanto local como visitante, el verdadero valor del reconocimiento Sipam. No se han organizado eventos, talleres o actividades educativas que informaran sobre la importancia del sello y su impacto positivo para la provincia.
Además, un reconocimiento internacional como éste debería haber sido aprovechado como un potente reclamo turístico. La promoción de la montaña leonesa en ferias internacionales, en campañas de marketing o en plataformas de promoción turística nunca se ha materializado de forma efectiva. Este era el momento perfecto para crear una estrategia de turismo sostenible, que además de atraer a visitantes, pusiera en el mapa a la provincia como un referente de biodiversidad y sostenibilidad agrícola.

Otro aspecto crítico es la falta de representación en foros internacionales. La visibilidad internacional podría haber permitido la atracción de inversiones, proyectos de cooperación y alianzas con otras regiones que compartieran el mismo enfoque en la sostenibilidad. Sin embargo, la Diputación ha demostrado un desinterés palpable en capitalizar el reconocimiento en estas plataformas internacionales. La ausencia de comunicación con entidades internacionales, organismos de turismo o foros sobre sostenibilidad ha dejado a la provincia al margen de los beneficios que podrían haberse obtenido. La oportunidad de establecer la montaña leonesa como un modelo de buenas prácticas en la preservación del patrimonio agrícola ha sido ignorada.

Tan complicado es conseguir este reconocimiento Sipam como perderlo, pero todo es posible si desde la institución provincia, que es quien debe liderar las acciones, no se llevan a cabo las medidas necesarias para que, por un lado, los leoneses sepan los que es Sipam y, por otro, los turistas de calidad se sientan atraídos por esta provincia, puesto que así lo han conseguido en todo el mundo otras zonas que han logrado la distinción que otorga la FAO.

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