En una institución como la Diputación, donde 24 años de gobiernos del PP dejaron los puestos de altos funcionarios estratégicamente solucionados (más aún lo sería de no ser por la condena, aún no firme, de inhabilitación para uno de ellos por su implicación en la trama Púnica), los responsables de la parte administrativa tienen más peso del que parece, como en los viejos tiempos cuando el secretario de cada ayuntamiento mandaba mucho más que el alcalde de turno. Con ese peso arrastrado, y con esas ínfulas de prepotencia, Morán no consiguió nunca superar la barrera de intervención, pese a la cantidad de dinero que hay en la hucha de la institución provincial (los remanentes superan los 170 millones de euros, según los últimos informes) y pese a que algunos de los proyectos que el socialista planteaba hubiesen sido positivos para la provincia.
Pero el caos, casi desde los primeros compases, se fue adueñando de la institución provincial, en la que el presidente parecía más preocupado de su partido (fue nombrado presidente del PSOE de Castilla y León, un cargo más a sumar a los que aún ostenta, que rondan la decena... y le suponen unos ingresos superiores a los 100.000 euros al año) o de sus responsabilidades en el Ayuntamiento de Camponaraya o en la Federación de Municipios y Provincias, y el resultado es que se anunciaban presupuestos "históricos" cuando, en realidad, no se había ejecutado ni una décima parte del anterior.
Así, desde el gabinete de prensa de los socialistas no dejaban de anunciarse inversiones y subvenciones (la última este martes, presumiendo del ensanche de una carretera que fue prometido hace más de dos años y que era urgente para que le transporte escolar pudiera acceder a la localidad) que en la mayoría de las ocasiones nunca llegaban a su presunto destino... salvo en el caso de las campañas publicitarias, para las que Morán, con el consentimiento de su secretario provincial, sí que supo idear la forma de saltarse a los funcionarios y poder regar, al más puro estilo de Isabel Carrasco, a los que le brindaban un trato indudablemente preferente para intentar asfixiar económicamente a los que eran más críticos con su gestión. El resultado es que la imagen de Morán no consiguió precisamente el lavado que buscaba el de Camponaraya, que no sólo perdió la Diputación para los socialistas en tiempo récord después de haber tenido que esperar casi un cuarto de siglo para recuperarla, sino que además ha quedado marcado y ahora que llegan las negociaciones de pactos desde la Unión del Pueblo Leonés, pese a que Cendón insiste en que el candidato de los socialista sigue siendo el polémico Eduardo Morán.
La inversión se redujo a sólo 585.360 euros hasta marzo
Desde la Diputación Provincial han anunciado en varias ocasiones, a lo largo del último mandato, que tenían entre manos un presupuesto histórico, que no dejaba de subir y subir, pero sin embargo nunca llegaba a concretarse. Las promesas del presidente y los diputados nunca eran del todo ciertas, hasta el punto de que el colapso se adueñó de la gestión de la Diputación Provincial sin que nadie pudiera evitarlo... o más bien parecía que alguien lo seguía buscando.
Así, fueron muchas las subvenciones que llegaron con retraso, y algunas de ellas siguen pendientes, subvenciones y ayudas que en algunos de los casos son muy importantes, por ejemplo para los pequeños pueblos que aspiran a ellas dentro del plan provincial de obras porque de otra manera no podrían hacerlas, pero también subvenciones para clubes deportivos o asociaciones que no pueden subsistir sin la aportación de la institución, que fue gracias a la que en su día nacieron.
Por todas estas situaciones, desde la oposición se ha insistido en que se realicen informes puntuales para ir conociendo cómo se va avanzando en la ejecución de presupuesto, y la verdad es que los informes resultan demoledores. Del total de inversiones de Diputación en el presente ejercicio, que asciende a 60.879.355, quedan pendientes de ejecutar, según el mencionado informe,un total de 60.293.995 euros, lo que significa que únicamente se han ejecutado 585.360 euros, es decir, un 0,96% del total.
Parece lógico que el grueso de la ejecución presupuestaria quede para los últimos trimestres del año, pues mucho dinero corresponde a obras que en el primer trimestre están aún en tramitación administrativa, pero menos del 1 % de ejecución es un escándalo se mire como se mire.