Dos de chuleta de asturiana de los valles y un Picasso

El barrio de San Mamés ha vivido un año de muchas obras y reformas, al mismo tiempo que se han ido sucediendo diversas iniciativas artísticas como una carnicería con arte

Fulgencio Fernández y Vicente García
27/10/2024
 Actualizado a 27/10/2024
Jero, de Cárnicas La Guzmana, exhibiendo los ‘dos productos’ del negocio, excelentes chuletas y obras de arte como telón de fondo. | VICENTE GARCÍA
Jero, de Cárnicas La Guzmana, exhibiendo los ‘dos productos’ del negocio, excelentes chuletas y obras de arte como telón de fondo. | VICENTE GARCÍA

El barrio de San Mamés —de esos que los clásicos llamaban populoso, obrero y esas cosas—el tiempo le ha dejado ahí a tiro de piedra del centro de la ciudad. De hecho son muchos los visitantes que llegan de los pueblos, de la ribera de Torío fundamentalmente, que quieren aparcar en el barrio, dejar allí el coche e irse a hacer «los mandaos». Hemos escrito quieren porque en los últimos tiempos aparcar allí es una verdadera odisea, el barrio lleva meses metido en obras, «con todo levantado», con las secuelas de las de la ronda interior... 

Es San Mamés un barrio de vinos y vecinos de siempre. Tal vez uno de esos en los que se puede decir «aquí nos conocemos todos», como suele argumentar el ex concejal Javier Reyero, un clásico del barrio, al salir de un templo de as buenas tapas, como El Brezo. 

Las obras están en boca de todos, al lado de los grandes clásicos de las quejas en cualquier barrio, y frente a ello, tal vez sin pretenderlo, el barrio ha reaccionado en los últimos tiempo «con mucho arte». Es decir, se han ido sucediendo un buen número de iniciativas con apellido «artísticas». Tal vez influidas porque a la entrada del barrio está es residencia de ancianos Virgen del Camino en cuyos jardines está una de las joyas del patrimonio urbano de la ciudad, y además restaurado hace pocos meses después de años de tremendo abandono: Los bancos y el conjunto artístico de Zuloaga. Merece la pena entrar, al margen de que durante muchos meses hubo una atractiva exposición en los mismos jardines. Y con el añadido, se lo aseguro, de una posible conversación con los ancianos que salen a pasear y, por ejemplo, recuerdan al gran mecenas de este lugar, el ya fallecido Miguel Suárez, Sombrerín, que vivió 110 años, indiano que hizo fortuna en México, ponente el Día de la Constitución de 2003 con un recordado discurso: «Mi vida en tres siglos». Quererse quedar a vivir en su barrio, en el que había invertido su fortuna en pisos, le llevó a esta residencia que ‘estaba casi abocada al cierre’ y fue su gran mecenas.

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Los bancos de Zuloaga en la residencia municipal de ancianos, "la joya de la corona" de este barrio. | SAÚL ARÉN

Con una entrada así tal vez sea lógico que apuesten por el arte. Van algunos ejemplos. En septiembre un buen número de artistas leoneses convirtieron los escaparates del barrio en su galería de arte, mostrando allí sus obras;hace tan solo unas horas los alumnos de los Maristas del siempre activo Carlos Cuenllas cambiaron una ‘pintarrajeada’ entrada de una cochera por una singular obra de arte o una carnicería, La Guzmana, ha hecho de su negocio también ‘galería’ e incluso ha convocado un concurso. Vamos con él.

Decir que está en el número 1 de la calle San Mamés, es decir, a la vera de los bancos de Zuloaga. En Cárnicas La Guzmana A lo largo de los últimos años Jero Muñoz y su esposa Paquita Rodríguez han ido haciendo acopio de obras artísticas de todo tipo: esculturas, pinturas y fotografías, habiendo realizado ya un primer concurso fotográfico muy sencillo, cuyos premios se concedieron en marzo de este mismo año.
Ahora han querido dar un paso más y el concurso que propone se realiza en ámbito nacional y sus bases se pueden consultar en esta dirección.

Mil euros, 400 euros, un jamón de legado ibérico y chuletones de Maraña son los cuatro premios que propone para estas obras que pueden concurrir al concurso entre el 1 y el 24 de noviembre. 
Por ello no le extraña que le hagan un raro pedido: «Unas chuletas de Maraña yun Picasso».

Y si no quieres viajar por las redes te acercas a la carnicería que nunca es viaje perdido. Como no lo fue visitar los escaparates/galería de arte en los que mostraron sus obras durante varias semanas artistas como Pilar López Duque, Ana Campos, Carlos Luxor, Paco Romo y la propia Susana Valdés, coordinadora del proyecto y también comerciante del barrio.

Y la última propuesta acaba de llegar. Aún ‘no habrá secado’ la pintura y viene de la mano de una de las habituales actuaciones en la ciudad de los alumnos del profesor de Plástica de los Maristas, Carlos Cuenllas. «Es un homenaje a la primera mujer que pintó un cuadro abstracto, Hilma af Klint , y puede verse en las puertas de dos cocheras que no presentaban antes un aspecto nada artístico. «Hilma af Klint pintó sus primeros cuadros abstractos en 1906, antes que Kandinsky, que hasta hace unos años se creía que había sido el creador del primer cuadro abstracto, explica Cuenllas.

La pintora sueca dejó ordenado que sus cuadros (abstractos) no fueran expuestos hasta 20 años después de su muerte, ya que pensaba que no serían comprendidos por sus contemporáneos. De hecho, permanecieron almacenados en un granero 42 años hasta que en 1986 el dueño decidió deshacerse del granero y un sobrino de la artista rescató los cuadros antes de que se destruyeran definitivamente. En los tiempos de Hilma se suponía que la las mujeres debían limitar su creación pictórica a hacer copias, sin crear nada por sí mismas.      

Imagen 1 Celia y Ana María alumnas de primerode la ESO y segundo de Bachilleratopintando una tarde de esta semana fuera del horario escolarEn bachille (2)
Los estudiantes de maristas San José representan en la puerta de una cochera Las Meninas’ de Velázquez. 

Los estudiantes de maristas San José han representado en las puertas de dos cocheras del nº 87 de San Mamés, el cuadro de Klint titulado «El Cisne nº 17», un cuadro que la artista pintó hace 109 años y nunca fue exhibido en vida de Af Klint. La serie ‘Cisne’ reúne lo abstracto con la geometría, lo femenino con lo masculino, la luz con la oscuridad, en lo que ella denominaba una ‘imagen primigenia, uniendo a los opuestos en un solo cuadro.  

Además de este pequeño homenaje a las mujeres artistas, poniendo en valor a la que se supone que es la primera pintora  abstracta, los jóvenes «artistas» maristas han pintado una «menina» en la puerta de la cochera de al lado. Eso sí, reinterpretando a Velázquez, por ejemplo, con una clara influencia de los comic manga en las facciones de la cara, pintadas por Celia Álvarez Vicente  y Ana Hidalgo Somoano

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