–¿Podríamos decir que el proyecto del Parador de San Marcos, igual que el árbol que da nombre a su estudio de arquitectura,‘Thevetia’, es una mezcla de «esfuerzo, constancia y creatividad inagotable»?
–Elegí el nombre de Thevetia en referencia a esta fascinante especie vegetal que parece estar siempre en continua actividad: posee la peculiaridad de producir cientos de flores diariamente que caen por la noche, y sorprendentemente, a la mañana siguiente vuelven a crecer, ofreciendo una imagen renovada. Conducir a buen fin un proyecto de arquitectura requiere un gran esfuerzo. Son procesos largos en los que intervienen muchosfactores, que hacen de esta disciplina una tarea compleja, aunque también apasionante.
–¿Qué papel juega la creatividad?
–Siempre está presente, no sólo en los diseños, sino también en la búsqueda de soluciones, en los procesos de desarrollo de los proyectos y en la gestión de los equipos de trabajo. Aspectos como la aparición de nuevas tecnologías y herramientas de diseño; nuevos materiales, como los orientados a la sostenibilidad de las edificaciones; o la implantación de nuevas normativas, requieren una formación continua por parte de los estudios de arquitectura para atender estas necesidades y requerimientos
–¿Trabajar en un lugar con tanta historia como el Parador convierte el proyecto en más complejo?
–El Parador ha sido muy complejo, como siempre ocurre al intervenir en edificios históricos. Dar solución a los problemas técnicos o funcionales en base al programa de necesidades establecido por la propiedad, teniendo en cuenta además complejidad intrínseca que supone la intervención en un Bien de Interés Cultural, ha requerido mucho trabajo y dedicación. Durante la obra nos hemos encontrado múltiples dificultades e imprevistos debidos a la propia naturaleza del edificio y a su estado de deterioro, que han derivado en la necesidad de reconsiderar algunos aspectos proyectados inicialmente. Finalmente, con mucho esfuerzo, constancia, creatividad e ilusión, estamos orgullosos de haber llevado a buen puerto este emblemático proyecto.
–Y, además, el año del Covid.
–Tras el inicial desconcierto nos vimos obligados a tomar decisiones de manera rápida. Paralizamos las obras hasta disponer de los medios de protección adecuados para los trabajadores. Antes de la paralización, contábamos con más de cien trabajadores en obra. Durante las semanas posteriores elaboramos un completo protocolo Covid adecuado y particularizado para esta obra y logramos reiniciar las obras en apenas 3 semanas.
–¿Cambiará el Covid la arquitectura de nuestras ciudades?
–Veo difícil que se produzca un cambio drástico de manera inmediata. Sí creo que la limitación en nuestros movimientos obligada por la pandemia ha puesto de manifiesto que, para muchas personas, no es imprescindible vivir en núcleos urbanos para poder continuar con su actividad laboral y profesional.
"Durante la obra hemos encontrado enormes dificultades e imprevistos"
Entrevista a Mina Bringas, arquitecta de la remodelación de San Marcos
08/12/2020
Actualizado a
08/12/2020
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