El arte de la Semana Santa de León estará presente durante unos meses en Valladolid gracias al Museo Nacional de Escultura. El museo inauguró este jueves la exposición ‘Luisa Roldán. Escultora real’ y una de las 32 obras que se exponen es el busto original de Jesús de la Misericordia, talla perteneciente al patrimonio de la Cofradía de Nuestro Señor Jesús de la Redención y atribuida a la escultora sevillana del siglo XVII.
Con entrada gratuita, la muestra se podrá visitar hasta el próximo 9 de marzo en el Palacio de Villena. De martes a sábado estará abierta de 10:00 a 19:30 horas, mientras que los domingos y festivos se puede visitar de 10:00 a 15:00 horas.
Esta gran retrospectiva dedicada a la genial artista sevillana se convierte en la primera exposición monográfica que esta institución dedica a una mujer artista. Comisariada por Miguel Ángel Marcos, conservador del Museo Nacional de Escultura, y Pablo Amador, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM (México), estará abierta al público en el Palacio de Villena, con entrada gratuita, hasta el 9 de marzo.
Siguiendo un recorrido cronológico, la exposición muestra un discurso transversal que trata de reflejar el contexto artístico y social en el que Luisa Roldán (Sevilla 1652-Madrid 1706) desarrolló su prolífica carrera, informa Ical.
Así, sus obras -un total de 32- se presentan acompañadas de piezas creadas por destacados artistas del momento. Entre ellas se incluyen pinturas de Palomino, Valdés Leal o Lucas Jordán, junto a grabados, dibujos, libros o documentos. Y, por supuesto, se exhiben esculturas realizadas por figuras tan destacadas como Pedro Roldán (el padre de Luisa, relevante escultor, en cuyo taller se formó), José de Mora, Pedro de Mena o Nicolás de Bussy, entre otros.
El éxito cosechado en Sevilla y Cádiz por Luisa Roldán en su etapa inicial, le abrirá las puertas de la Corte, logrando ser la primera mujer escultora de cámara. Allí cambia de registro para adaptarse plenamente al gusto cortesano y de la nobleza, produciendo pequeñas obras en terracota policromada (las llamadas ‘alhajas de escultura’) que se encuentran entre lo más significativo de su producción.
Serán precisamente estas piezas las más demandadas por los coleccionistas extranjeros del siglo XIX, en una apreciación creciente que contribuyó a revalorizar la figura de Luisa Roldán. Ese reconocimiento se intensificó durante el siglo XX y aún hoy en el siglo XXI, con destacadas exposiciones monográficas como la que hubo en Sevilla en 2007 o la que ahora se presenta en Valladolid.