La construcción de viviendas muestra síntomas de estancamiento y parece haber tocado techo en Castilla y León. De hecho, los promotores denuncian que «cada vez es más difícil» hacerlo, tras proyectar casi 3.500 casas en la primera mitad del año en la comunidad, prácticamente las mismas que en el mismo periodo de 2023. Detrás de esta atonía, además de la inestabilidad internacional, se encuentran los costes, que para las empresas, no se ven reflejados en los precios de venta en la comunidad.
Esta evolución del sector en Castilla y León contrasta con la actividad en el conjunto de España, donde crece a un ritmo de dos dígitos en un momento en el que las dificultades para alquilar o comprar se han colado en la agenda pública. En concreto, frente al aumento del 0,14% en el número de visados para vivienda nueva de la comunidad, destaca el 14,2% de la media nacional.
Por tanto, la construcción de viviendas no ganó terreno en el primer semestre, a pesar de que en los últimos años había mantenido un ritmo de crecimiento de la actividad más o menos constante. Entre enero y junio, a diferencia, optó por una evolución más conservadora, similar a la de hace 14 años, con 3.489 visados para viviendas nuevas, la mayoría para pisos (2.237), que crecieron un 0,47% y el resto (1.149) para casas unifamiliares.
De esta forma, el primer semestre de este año, según los datos de los colegios de arquitectos, recopilados por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, chocan con la necesidad de vivienda nueva que detecta la Confederación Castellano y Leonesa de la Construcción. La patronal entiende que la demanda sigue siendo «pujante», pero cree que el aumento de los costes de construcción de los últimos años está frenando la actividad y la inversión.
En ese sentido, los promotores, según la confederación que dirige el leonés Javier Vega, están teniendo dificultades para trasladar a los precios de venta de las viviendas los costes de la edificación. En su opinión, salvo el suelo, el resto son similares en Castilla y León y en las grandes capitales españolas, si bien los importes a los que pueden comercializar sus casas «nada tienen que ver». Esto hace que cada vez sea más complicado lanzar nuevas promociones.
Asimismo, la patronal reconoce que uno de los principales problemas a los que se enfrentan los promotores inmobiliarios de Castilla y León es la «volatilidad» de los precios de los materiales de construcción de los últimos años. «Genera mucha incertidumbre», afirmó Javier Vega, quien explicó que las viviendas se venden por un importe «cierto» y las obras se pagan en los dos años siguientes, con algunas variaciones.
Por otra parte, la patronal de la construcción denunció que el acceso a la financiación está siendo «más difícil» y recordó que las entidades financieras obligan a tener un número de preventas «lo suficientemente importante». A todo ello, se une el problema de «relevo generacional» en el sector y de cualificación profesional. «Tenemos que dotar de racionalidad, sensatez y legalidad a todos aquellos que pueden aportar aquello de lo que carecemos», añadió.
Cabe detallar que la primera mitad del año no fue buena para el sector inmobiliario residencial en cinco provincias, si bien destaca el rumbo emprendido por el oeste de la comunidad. El mayor retroceso se produjo en Zamora, con una caída del 57,8%, con 73 visados para viviendas, frente a los 173 de 2023. Le siguió León, con una rebaja del 36,06% y 227 permisos, seguida de Salamanca, con un 31,15% y 168, frente a los 244. Tampoco fue un buen inicio de año en Soria, con un 26,14% menos de visados, hasta los 113, y Palencia, con un 6,25% menos y 90, seis menos que en 2023.
Por el contrario, el sector de la construcción disparó sus proyectos residenciales en Segovia, con 422 viviendas previstas, un 42,57% más que un año antes, seguida de Ávila, con 139, un 19,83% más; Valladolid, con 1.600, un 14,12% más, y Burgos, con 657, un 1,23% más.