La depresión y la ansiedad son patologías muy frecuentes entre los españoles de entre 55 y 75 años, de hecho se cifra en un 18,5 por ciento de población de esta franja de edad la que padece estos problemas, un dato que en Castilla y León se sitúa ligeramente por debajo, en un 18 por ciento. Así lo dice el estudio ‘Jubillennials. El impacto de la jubilación en la salud a partir de los 65 años’ desarrollado por Vivaz, la marca de seguros de Salud de Línea Directa Aseguradora S.A.
Según este estudio, dejar de trabajar no solo no favorece la depresión, sino que parece reducir sus síntomas. De hecho, el porcentaje de españoles de 55 a 64 años que presentan síntomas depresivos es un 27 por ciento mayor que el de los mayores de 65 años que ya se han jubilado. Según estas mismas fuentes, la disminución de los síntomas depresivos en los jubilados tras dejar de trabajar pueden ser consecuencia de un cambio favorable en su estilo de vida.
De hecho, el porcentaje de españoles de entre 65 y 75 años que hace ejercicio físico de manera regular aumenta un 28 por ciento respecto a los diez años previos al retiro. Además, se sigue la dieta mediterránea con más asiduidad (un 12 por ciento más), se fuma y se bebe mucho menos (un 61 y un nueve por ciento menos respectivamente) y se está más satisfecho con la vida social en general (un nueve por ciento más).
Los problemas más habituales que aparecen después de la jubilación suelen estar relacionadas con el aparato locomotor, la hipertensión, los problemas de visión y, en general, una menor vida sexual. Con todo ello, los jubilados suelen acudir menos a los especialistas sanitarios, quizás debido a que se encuentran mejor que en la época inmediatamente anterior. En este sentido, los psicólogos (-62 por ciento), los fisioterapeutas (-29 por ciento) y la rehabilitación clínica (-37 por ciento) son los profesionales que más dejan de frecuentar este colectivo.
Por otra parte, los jubilados parecen tener una mayor conciencia preventiva. En este sentido, los españoles de 65 a 75 años se vacunan contra la gripe en mucha mayor medida que antes de jubilarse (119 por ciento más), se hacen chequeos médicos más frecuentemente (nueve por ciento más) y se hacen más pruebas que facilitan la detección precoz del cáncer (44 por ciento más). Además, tras el cese de la vida laboral, se produce un aumento significativo de analíticas (diez por ciento), ecografías (20 por ciento) y radiografías (28 por ciento).
Sin embargo, los jubilados españoles no utilizan de una forma exagerada la Atención Primaria, las urgencias y los hospitales, y mantienen niveles de uso muy parecidos a la etapa inmediatamente anterior a su retiro. También reclaman más coberturas en el Sistema Nacional de Salud: las más demandadas entre los castellanoleoneses son el dentista (80 por ciento), las operaciones de la vista (46 por ciento), las gafas y lentillas (44 por ciento) y la podología (40 por ciento).
Sin embargo, aún existe un gran número de castellano y leoneses entre 55 y 75 años que reconoce no llevar un estilo de vida del todo saludable. Así, el 24 por ciento confiesa que come de forma habitual grasas, azúcares y alimentos procesados; el 23 por ciento afirma ser una persona sedentaria que no hace ejercicio; el 19 por ciento duerme mal o muy mal (el porcentaje más alto de toda España) y más del 18 por ciento fuma todos los días, informa Ical.
El 18% de los ciudadanos de entre 55 y 75 años padecen depresión o ansiedad
Tras su jubilación, los castellanos y leoneses reclaman más coberturas sanitarias del dentista, las operaciones de la vista, las gafas y lentillas o la podología
28/10/2019
Actualizado a
28/10/2019
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