Raquel Gago también dijo sentirse víctima de "una situación política" en la entrevista exclusiva que concedió a La Nueva CrónicaEsta semana, Movistar+ emitía el cuarto y último capítulo de la serie documental ‘Muerte en León’, un exhaustivo trabajo de investigación llevado a cabo por los periodistas Justin Webster y Enric Bach durante muchos meses. Grabaron cientos de horas de testimonios y espacios, aunque el trabajo final es de cuatro capítulos de una hora.
En el último, el que se estrenó este miércoles, el abogado Rivera insiste en que pudo haber «una conspiración política» para matar a Isabel Carrasco, una posibilidad que también dejan caer durante sus entrevistas el diputado Matías Llorente o la periodista Ángela Domínguez.
La hipótesis cobraría aún más fuerza si se tiene en cuenta el desenlace de esta serie documental, que desvela que por alguna razón la investigación no tuvo en cuenta a uno de los principales destinatarios y emisores de las llamadas de Triana Martínez en los meses previos al asesinato de Carrasco.
‘Muerte en León’ revela que entre enero y mayo de 2014 [el crimen se produjo el 12 de mayo de 2014], Triana Martínez habló cada día con un asesor del presidente de la Junta de Castilla y León. La víspera, durante más de una hora. El día del crimen por la mañana, durante unos minutos.
¿Negligencia u ocultación?
¿Quién es este asesor y por qué nadie investigó qué relación podía guardar con el caso? ‘Muerte en León’ no desvela su identidad, aunque los dos periodistas se ponen en contacto con él durante la serie –llamadas que recogen las imágenes– y les reconoce que nunca le preguntó nadie nada sobre este contacto continuo con Triana. Según explica, se conocían desde hacía unos cinco años y ella le llamaba porque estaba buscando trabajo.
La inexplicable no investigación de esta pista, ¿fue una negligencia? ¿Una ocultación de pruebas? ¿Se quiso preservar la identidad de esta persona, asesor personal de Herrera desde 2001, para no verlo involucrado en un asesinato? De la misma manera que otros testigos tuvieron que declarar en el juicio, no se entiende por qué se hicieron excepciones, aunque también es cierto que se echó en falta que alguien investigara en profundidad el entorno más cercano de la autora confesa de los disparos y de su hija, como sí se hizo con Raquel Gago, cuya pareja sentimental tuvo que hacer pública su relación de años, pese a estar casado. ¿Por qué al novio de Triana no?
También en el capítulo cuarto de ‘Muerte en León’ –el más revelador– llama la atención la tesis que desliza el magistrado Carlos Álvarez sobre la posibilidad de que Raquel Gago sí hubiera quedado con Triana para recoger ‘algo’, pero que quizá la policía no supiera de qué se trataba...
Con las tres condenadas en prisión y sin apenas opciones, el caso Carrasco parece cerrado. Pero son muchas las incógnitas que permanecen intactas.