El Bierzo y su historia en 'prime time' con Jesús Calleja

'Volando voy' tuvo protagonismo leonés en su regreso a Cuatro, con el reto de recuperar cinco kilómetros de los canales romanos que llevaban el agua a las Médulas

L.N.C.
09/06/2022
 Actualizado a 09/06/2022
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Acabó ‘Planeta Calleja, pero el ‘prime time’ de los miércoles en Cuatro continúa perteneciendo al aventurero leonés Jesús Calleja. En ‘Volando voy’, ha cambiado los escenarios más exóticos del globo terráqueo por los rincones más desconocidos y agrestes de la geografía española, así como a sus famosos invitados por los entrañables habitantes de los pueblos y aldeas que recorre semana a semana.

Este 7 de junio se ha emitido una nueva entrega del formato, una de las experiencias más especiales para el presentador. ‘ Volando voy’ se trasladó al Bierzo, la tierra de Jesús Calleja y su lugar preferido del mundo. «Amigos, hoy viajamos hasta mi tierra, a León. Soy el hombre más feliz del mundo. Estoy en el Bierzo y sobrevuelo los canales romanos que llevan hasta las Médulas, un tesoro Patrimonio de la Humanidad», expresaba un tanto emocionado al divisar los parajes desde el helicóptero.


Al aterrizar, Calleja explicaba la excepcional misión que acometería ‘Volando voy’ esta semana en ese entorno idílico. Por El Bierzo discurren más de mil kilómetros de canales romanos que el imperio utilizaba para llevar agua desde el monte Teleno hasta la región de Las Médulas para extraer oro de la montaña. Entramado que se convirtió en una de las obras hidráulicas más extensas del mundo antiguo.

«Algunos de estos canales se perdieron, pero el esfuerzo de las gentes de estos pueblos está recuperando un patrimonio único en el mundo. Queremos echarles una mano en una de las misiones más ambiciones de nuestra historia», aseguraba el explorador.

En concreto, el reto de Jesús Calleja consistía en reconvertir un tramo de cinco kilómetros de uno de estos canales que une dos localidades en una senda para caminantes y ciclistas.

Brais Currás y Javier Fernández Lozano, arqueólogo y geólogo, respectivamente, detallaron al viajero y a los telespectadores cómo funcionaban los canales de agua y la importancia que tuvieron en la antigüedad. «La anchura del canal es variable a la altura de su trazado, siempre dependiendo de la rugosidad del terreno y solían llevar un palmo de agua. Con seguridad, esta era la mayor red de canales que había en el mundo antiguo; tenemos más de 1.200 kilómetros de canales localizados».

Una segunda vida para San Adrián de Valdueza

Antes de ponerse manos a la obra con la épica misión, sin embargo, Calleja recaló en San Adrián de Valdueza, un pueblo con una historia muy especial detrás. Y es que hasta hace poco estaba abandonado. En 1964 una riada arrasó con todo en apenas dos horas. Décadas después, en 1992, los antiguos vecinos de la localidad se reunieron alrededor de una asociación, creada para poder arreglarlo. Con sus propias manos lo rehabilitaron, desde el alcantarillado hasta las calles.

«Esto estaba abandonado, y haberlo reconstruido es un orgullo muy grande para nosotros», manifestaba emocionado Santos, uno de los vecinos, al contar esta bonita iniciativa al forastero. Actualmente residen en San Adrián de Valdueza siete personas, pero ya dispone de más de 30 casas listas para ser ocupadas. Además, si bien no cuentan aún con luz eléctrica, los habitantes han colocado placas solares en sus casas y gozan de todas sus comodidades.

Bien saben los vecinos de este pequeño pueblo que la unión es clave para una empresa de la envergadura de la que propuso Calleja. Por eso, a lo largo y ancho de la comarca, más de medio centenar de habitantes ayudaron todos a una a desbrozar y limpiar el tramo del canal que une los pueblos de San Clemente de Valdueza y San Adrián de Valdueza.

Pero la magnitud del esfuerzo físico de los voluntarios, entre los que había vecinos de más de 80 años, dio sus frutos. «Es el mayor tramo de canal que nunca se ha sacado a la luz en tanta distancia. Y acaba de ocurrir», proclamaba Calleja.

Toda gran obra que se finalizaba en el Imperio Romano se festejaba con grandes celebraciones. Siguiendo con la tradición, para conmemorar la recuperación del patrimonio cultural de la comarca, el presentador invitó a Giovanni, un joven italiano que se quedó a vivir en la región tras hacer el Camino de Santiago y montar su propia pizzería, a inaugurar la senda desde el aire. Miles de años de historia sacados a la luz y bautizados bajo el nombre de 'La grande roccia': 'La roca grande'.
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