El annus horribilis del campo leonés ya está tasado: más de 150 millones de euros. Esa es la factura que pasarán la sequía y las heladas tardías a los agricultores y ganaderos de la provincia, según el informe aprobado ayer por Asaja. El primer informe de valoración de daños de la OPA, pendiente de la evolución posterior de las cosechas, sitúa la merma de facturación en el año 2017 en 151,7 millones de euros, lo que se traducirá en una caída de la renta agraria del 52,31%para situarse en tan solo 128,3 millones de euros. Además, la expectativa es de empeoramiento de la situación, alertan.
Las pérdidas son generalizadas, aunque varían en función de los cultivos con especial incidencia en los frutales y el viñedo.
De este modos, según Asaja, en el secano, tanto los cereales como los forrajes están gravemente afectados. Desde la OPA explican que si caen más de 30 litros en los próximos diez días, se puede sacar algo, sobre todo del trigo, pero si no cambian las previsiones, antes de finales de mayo estarán agotadas todas las posibilidades, y las pérdidas serían de al menos el 80% de una cosecha normal con rendimientos del 20%, que significarían producciones medias de unos 500-600 kilos por hectárea. Las alfalfas tendrán un solo corte de escasa producción, las vezas ni se segarán, el girasol no nacerá o no llegará a término y la colza presenta mala nascencia.
Los costes de explotación del regadío son mucho mayores que los del secano por lo que las pérdidas también son mayores en caso de mala cosecha.En el regadío la evolución será dispar en función de los cultivos escogidos por los agricultores, con mayores o menores necesidades hídricas, y del uso que las comunidades de regantes y los usuarios hagan del agua disponible, que es muy escaso. En este contexto, las comunidades con riego modernizado presentan mejores previsiones, mientras que las no modernizadas tendrán que hacer frente a grandes dificultades. No obstante, no se puede olvidar que los costes de explotación del regadío son mucho mayores que los del secano por lo que las pérdidas también son mayores en caso de mala cosecha.
De este modo, Asaja explica que las heladas causaron daño en maíz recién nacido y en remolacha. En maíz hay expectativa de que la planta rebrote y no sea necesaria la resiembra. En remolacha, los daños son parciales, en principio asumibles. El cereal de regadío, en una superficie de unas 30.000 hectáreas, podría alcanzar una cosecha casi normal si se mantiene el calendario de riegos hasta mediados de junio para este cultivo. No obstante, en los últimos días se están observando daños muy considerables por las heladas en el trigo.
Asaja no valora pérdidas ni en alubias ni en patatas, por entender que es pronto para ello, aunque avanzan que la falta de agua podría reducir en un 25% la producción final.
Si el tiempo continúa así o parecido, antes de verano, los animales no tendrán donde echar el diente En cuanto a los pastos, la OPA asegura que "están esquilmados", tanto en la montaña (aprovechados por vacas y caballos), como los pastos de meseta (aprovechados por ovejas). En esta situación "si el tiempo continúa así o parecido, antes de verano, los animales no tendrán donde echar el diente", aseguran desde la OPA. Esta situación tendrá su repercusión en la ganadería puesto quesi bien los piensos se mueven en los mercados internacionales y es difícil que suban, en el caso de los forrajes, que dependen de los mercados locales, la paja, la veza forraje, la alfalfa y el cereal forraje experimentarán alzas de precios difíciles de soportar por el sector.
La peor parte se la han llevado los cultivo permanentes. En el viñedo se ha perdido más del 85% de la producción a la espera de ver el efecto de estos daños en la recuperación de la planta en el año 2018.
En los frutales (manzano, peral, cerezo, nogal, etcétera) se valoran los daños por encima del 90%, por lo que se da la cosecha por perdida con el agravante de que lo que queda quizás tampoco alcance la calidad comercial. En cuanto a los castaños, por lo general se han helado todos, pero todavía no habían echado la flor, por lo que se espera recuperen el ciclo.
Por último, Asaja concluye que los daños de las heladas serán reversibles en el lúpulo al brotar de nuevo, pero provocarán un retraso en el desarrollo vegetativo y por lo tanto también en la producción con más trabajo al tener que trepar de nuevo. Además, el lúpulo se puede ver afectado también por las restricciones de agua como cultivo de regadío que es.
Con todo ello y el bajo grado de aseguramiento ante estas contingencias el 2017 pasará como uno de los peores años para el campo leonés.
El campo pierde más de 150 millones por la sequía y las heladas
La renta agraria caerá a la mitad ante la reducción de las ventas
06/05/2017
Actualizado a
11/09/2019
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