Faroles nuevos para la zona antigua. El proyecto de renovación de la red de alumbrado público que está llevando a cabo el Ayuntamiento de León incluye la retirada de las antiguas estructuras en las que se colocaban las lámparas dentro del casco histórico y la colocación de unas nuevas, tal y como puede comprobarse en las imágenes que acompañan a esta información.
Esta situación ya ha provocado quejas entre los vecinos de la zona, que consideran que podría haberse sustituido solo el mecanismo interior de los faroles y mantener las estructuras, algo que está ocurriendo en otras zonas de la capital en las que ya se renovado el alumbrado. Consideran que la sustitución de toda la estructura va a contribuir a encarecer todo el proyecto y que se pueden generar daños en algunas fachadas.
Cabe recordar que no es la primera ocasión en la que se registran quejas vecinales en lo relacionado con el cambio del alumbrado. El pasado mes de septiembre, el equipo de gobierno municipal recibió numerosas reclamaciones sobre la falta de luz detectada por los vecinos en algunas calles en las que ya se habían colocado las lámparas con tecnología LED. Entonces, el Ayuntamiento de León anunció que revisaría «calle a calle» el nuevo sistema de alumbrado público con el fin de pedir a la empresa adjudicataria que resuelva las deficiencias que puedan detectarse y de controlar que se ajusta a la legislación vigente en materia de eficiencia energética.
El concejal de Desarrollo Urbano, Luis Miguel García Copete, detalló ante el incremento de las quejas que cuando finalice la instalación se evaluará el resultado y se reclamará a la empresa la resolución de posibles incidencias antes de que se recepcione la obra. Será en principio a finales de noviembre.
Desde el equipo de gobierno se recordaba además que será inevitable un cambio en la percepción lumínica, puesto que las nuevas luminarias son de tecnología LED y deben de ajustarse a la normativa, que marca limites tanto por déficit como por exceso de iluminación. «Lo que queremos es que haya una iluminación homogénea en toda la ciudad», aseveraba el edil antes de detallar que la regulación establece niveles diferentes para cada tipo de calle en función de los niveles de tráfico que se registren y de la velocidad permitida a la hora de circular.
La renovación del alumbrado se articula mediante un contrato de 20,8 millones –incluye la sustitución de luminarias, el suministro y el mantenimiento durante diez años– que se diseñó en función de una auditoría energética elaborada en 2013 que analizaba la situación del alumbrado. Dicho documento establecía que un 57% de la superficie de la ciudad tenía exceso de iluminación. Además, un 23% tenía déficit lumínico y solo un 9% registraba niveles correctos. El 11% restante tenía directamente sus luminarias fundidas.
El casco histórico estrena faroles
La renovación de alumbrado afecta también a la estructura y no solo a los mecanismos como ocurre en otras zonas de la ciudad
16/10/2019
Actualizado a
16/10/2019
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