De lo que no dice nada el refrán es del frío, que afecta por igual al secano y al regadío. Un buen ejemplo de ello se registró la pasada semana en la ribera alta del Porma, y en algunas zonas del Esla. En la zona aseguran que la "helada" dejó registros de un grado negativo en el termómetro y algunos dicen que hasta dos. Lo cierto es que en las parcelas más cercanas al río, el maíz todavía presenta signos de las bajas temperaturas con fincas prácticamente amarillas que contrastan con el verde de las zona más altas.
Los registros oficiales también dan cuenta del extraño mes de junio que se está viviendo en la provincia. Según los datos registrados por la estación meteorológica de Mansilla Mayor —unos kilómetros al este la capital leonesa y aproximadamente en la confluencia de los ríos Esla— de la red de la aplicación Inforriego de la Junta, el miércoles de la semana anterior, día 12, el mercurio cayó hasta los 0.05 grados.Al día siguiente, también descendido a 3.04 grados y al siguiente, jueves 14, volvió a situarse en 2.7 grados. En las mismas fechas del año pasado, los valores fueron de 9,1, 5,89 y 8,8. Y en el 2017, año de la sequía histórica, las temperaturas fueron 12,9, 17,4 y 14,2. Es decir, más de 10 grados de diferencia entre las noches de junio de este año y las de hace dos años. Son los dos casos extremos, pero del análisis de las series se desprenden que este junio está siendo atípicamente frío —el día 6 también cayó el termómetro hasta 1,1 grados—, en los últimos cinco años no se habían registrado temperaturas tan bajas en este mes de junio en la estación meteorológica aludida.
Sequía
Las temperaturas atípicas se suman a la sequía. Las precipitaciones han sido escasas en lo que ha transcurrido del año hidrológico, con periodos críticos en los que no cayó ni una sola gota como los 14 días seguidos que van del 23 de mayo al 5 de junio o los 17 días entre el 16 de marzo y el 1 de abril.En esta situación, la situación de los embalses de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) en la provincia es la tabla a la que se agarran los agricultores de las zonas que riegan gracias a los embalses para tratar de sobreponerse a las condiciones climáticas y lograr una campaña con buenos rendimientos. Por supuesto, la situación de las reservas no es similar a la del extraordinario año pasado, cuando a estas alturas se encontraba al 96%. Actualmente, el conjunto de los embalses de Riaño, Porma, Barrios de Luna y Villameca se encuentra al 84,1%, cinco décimas por debajo de la media de los últimos diez años. En cualquier caso, dadas las restricciones legales del uso del agua la campaña no peligra, pero queda a la pericia de los agricultores el optimizar las concesiones. El embalse de Barrios de Luna se encuentra al 87%, el del Porma al 83%, Riaño al 82% y Villameca al 84%.