El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, también destacó el impulso al sector ferroviario que supone la radicación en la capital leonesa de este importante nodo de Adif, que puede abrir nuevas oportunidades para la provincia. "Pone de manifiesto el compromiso que hay que tener con el transporte ferroviario en el contexto europeo para la cohesión social y territorial de nuesta nación y, por supuesto, de Castillay León", señaló el consejero.
Un desarrollo ferroviario y un futuro que pasan también por el desarrollo del Corredor Atlántico. Suárez-Quiñones ha reclamado al ministro el mismo trato que al Corredor Mediterráneo y Ábalos ha insistido en su carácter complementario. «Hay que destacar la importancia de la incorporación de León al Corredor Atlántico y, en general, de los corredores ferroviarios en nuestra política de infraestructuras, me sumo a las palabras del consejero, y decir con claridad que el Corredor Atlántico y el Mediterráneo no compiten, se complementan. No entendemos nuestra conectividad con Europa sin ninguno de los dos, de hecho, se juntan y son fundamentales uno y otro», abundó Ábalos.
El ministro no dejó pasar la oportunidad de recordar que con la puesta en marcha de este Centro, el Gobierno recupera un proyecto «que estuvo muchos años aparcado», lo que supuso «no sólo la pérdida de oportunidades para León, sino la infrautilización del edificio, que nunca llegó a albergar las funciones para las que fue diseñado». Con la puesta en marcha del CRC, José Luis Ábalos consideró que se da «un paso más» en el reto demográfico en una región que «es una de las que más despoblación sufre», debido a «la transformación poblacional derivada de causas de envejecimiento demográfico, la baja natalidad y la escasez de medios y puestos de trabajo». Por ello, recalcó que la inauguración del centro supone una «lucha contra la despoblación», ya que «supone oportunidades» para una ciudad que «está haciendo un esfuerzo por establecerse en el espacio digital». En este sentido, apostó por la «deslocalización de recursos como palanca para aumentar las oportunidades para la población rural y en las ciudades pequeñas y medianas» para así «hacer frente al reto demográfico».
Equipamiento puntero
El CRC todavía tiene margen para crecer ya que incorporará a sus cometidos la gestión de la Variante de Pajares. Con todo serán 1.200 kilómetros de vías controlados desde León con importantes oportunidades, como los 62 puestos de empleo cualificado con los que cuenta el CRC. Además, será la primera vez que se genera un puesto virtual Da Vinci (tecnología para la gestión de la circulación propiedad de Adif), réplica del existente en otro CRC (Madrid-Atocha), para la gestión de un tramo de alta velocidad, el Palencia-León-Pola de Lena. Esto permite una redundancia de sistemas en caso de caída o tareas de mantenimiento.
La sala de control del CRC de León cuenta con 380 metros cuadrados de superficie, un espacio totalmente diáfano y en doble altura, sobre la que se sitúa una sala de crisis de 49,8 metros cuadrados, todo ello complementado con oficinas y cuartos técnicos.
Las tres bandas de regulación de circulación actuales se amplían a cinco y la sala de control permite una capacidad de hasta 11 puestos de regulación de la circulación ferroviaria. Además, se habilitan tres puestos más (dos de operador y uno de supervisor) para el telemando de energía.
La sala de León se completa con un panel de videowall para visualización general, con una anchura de 24,7 metros y una altura de 1,7 mestros, además de una sala con un puesto de simulación de control del tráfico ferroviario, para desarrollar la formación continua.