Esta vez la culpa fue, según el equipo de Gobierno, de "la imprudencia grave de numerosos conductores que entraron en el recinto sin cadenas, desobedeciendo las indicaciones de los trabajadores" de la estación. El problema es que a los usuarios de San Isidro ya todo les suena poco menos que a chino, porque el caos se repite año tras año y parece no tener cura. El pasado domingo, con los aficionados ciertamente ansiosos por estrenar la temporada después de que no hubiera nevado hasta finales de enero, la situación llegó al extremo de que algunos usuarios (muchos de ellos ya había comprado el forfait o alquilado sus equipos, o ambas) optaron por subir caminando los casi tres kilómetros que separan Salencias de Cebolledo, ante la imposibilidad de hacerlo en sus vehículos por la prohibición de pasar del primer aparcamiento ni en autobús por los retrasos que acumulaba.
Según el diputado del área, fueron unos conductores temerarios que no hicieron caso a los trabajadores de la estación para no pasar de ese punto los que originaron el caso, al atravesarse en la carretera por el hielo, con lo que de alguna manera culpa a la Guardia Civil porque no prohibiera el paso a esos vehículos. Pero lo cierto es que el caos ya había comenzado mucho antes. El sistema de venta de forfaits online vuelve a no funcionar, lo que origina una primera cola en los puntos de venta. Por otra parte, llama la atención que el precio de los forfaits sigue siendo el mismo desde hace una década, algo que los aficionados agradecen, claro está, pero al mismo tiempo no lo entienden, por el encarecimiento del coste de la luz y porque sin duda preferirían pagar un poco más y tener un mejor servicio. Se trata de un dato que contrasta, por ejemplo, con el que hecho de que la estación, incluso en sus mejores temporadas (como fue el caso de la anterior) sigue siendo deficitaria: en la 21-22, pese a que se pudo abrir casi más que nunca, se perdió un millón de euros.
Lo que sí aumenta sin parar es el gasto en personal de la estación. De los 2,4 millones de euros del anterior ejercicio se llega en este 2023 a los 2.534.685,05, es decir, un 5,42 % cuando en realidad no hay más personal trabajando y, más bien, da la sensación de todo lo contrario.
La gestión del personal de la estación invernal de San Isidro es un fuel reflejo de la gestión del personal en toda la Diputación Provincial de León. El patrón se repite y, en este caso, el patrón es el caos. Sirva como ejemplo que, pese a que no cayó nieve en diciembre ni en casi todo el mes de enero, cuando se produjeron las precipitaciones muchos de los trabajadores se encontraban disfrutando de sus 'moscosos', que se debían consumir antes del 31 de enero, casi con toda seguridad el principal motivo por el que no se abrió toda la superficie esquiable que se podía abrir durante los primeros días, ya que no había personal suficiente para acondicionar las pistas.
Y eso a pesar de que a muchos de los trabajadores se les ve disfrutando del esquí y de que los espesores registrados permitirían abrir no sólo Cebolledo, Riopinos y Requejines, sino también Salencias, lo que desahogaría mucho la estación, especialmente en fines de semana.
El gasto de personal en la estación de San Isidro se eleva a 2,5 millones pero no evita el caos
De los 2,4 millones del pasado año, cuando ya se redujeron inversiones, se ha pasado a los 2.534.685 euros de este ejercicio, lo que supone un 5,4% más
31/01/2023
Actualizado a
31/01/2023
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