Un año y medio después del comienzo de una pandemia, el Hospital San Juan de Dios de León ha detectado la necesidad de ofrecer una atención multidisciplinar e individualizada a los afectados por el denominada covid persistente. Sobre todo, a aquellos que se han visto obligados a ingresar en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) tras una neumonía bilateral que les ha abocado a la ventilación mecánica o intubación.
"Muchos ahora presentan tos, dificultad respiratoria, fatiga y dolor torácico, lo que merma de manera importante su calidad de vida", asegura el doctor Luis Iglesias Vela, especialista en Neumología del Hospital San Juan de Dios de León desde el año 1993 y coordinador médico del centro desde 2018, sobre unos síntomas que podrían remitir con la fisioterapia respiratoria.
Así, según argumenta, a falta de tratamientos específicos, esta herramienta ayuda a su recuperación funcional. "Junto a una vida activa, a la que siempre les animamos, está siendo la clave“, explica sobre dos pilares por los que se está apostando de la mano del Servicio de Rehabilitación y la Unidad de Ejercicio Físico.
"Nuestra experiencia en el manejo del covid-19, junto con la continua actualización científica, nos permite ofrecer una valoración y tratamiento integral de esta enfermedad“, defiende el doctor Iglesias Vela.
Las secuelas que la infección por Sars-CoV-2 ocasiona a los pacientes son muchas y muy variadas, porque la enfermedad que conlleva es multisistémica. En este sentido, provoca desde taquicardias a fallos de memoria pasando por cansancio extremo, debilidad muscular, falta de aire o sensación de ahogo (disnea), modificación del ritmo intestinal y cefalea.
Toda una batería de síntomas que desde el Hospital San Juan de Dios de León serán atendidos por cada uno de los médicos especialistas implicados en esta enfermedad: neumólogos, internistas, cardiólogos y rehabilitadores.
"Las pruebas de control en Neumología pasarán por una radiografía de tórax, una espirometría y, en ocasiones, un TAC para diagnosticar un grado de afectación que es similar a la observada en pacientes con Epoc y fibrosis pulmonar o enfermedades bronquiales“, explica el experto.
Una reacción descontrolada
El coronavirus Sars-CoV-2 infecta las células alveolares causando su muerte. El cuerpo reacciona, pero el daño es tan agudo, tan exagerado y tan rápido en muchas personas que provoca una reacción descontrolada del sistema inmunológico, una hiperinflamación. La denominada tormenta de citoquinas. Y, como después de cualquier batalla, deja cicatrices. "En muchos de los pacientes las secuelas desaparecen con el tiempo, pero en otros no se acaban de ir y necesitan ayuda“, concluye el doctor Iglesias Vela.