Pisa examina la Competencia Financiera desde 2012, pero es en el Informe de 2018 cuando pueden incorporarse las comunidades autónomas españolas. Una oportunidad que aprovecharon Castilla y León y País Vasco. La puntuación obtenida por los estudiantes castellanos y leoneses se sitúa siete puntos por encima de la media de la OCDE y 20 más que la media de España.
Durante el mes de mayo de 2017, 1.080 alumnos de 15 años, matriculados en 59 centros educativos de la Comunidad -36 públicos y 23 privados- realizaron las pruebas, representando a 18.687 estudiantes. En todo el mundo, han sido 36.000 alumnos de 20 países -13 de ellos de la OCDE-, los que han participado en este apartado de Pisa.
La OCDE establece 5 niveles de rendimiento para la Competencia Financiera y Castilla y León se sitúa en la zona media del nivel 3, puesto que es el que reúne mayor porcentaje de alumnos. De hecho, uno de cada tres alumnos de la comunidad se encuentra en este nivel, lo que les capacita para analizar las consecuencias de las decisiones financieras y para realizar planes financieros sencillos en contextos familiares. Además, se considera que están preparados para interpretar directamente ciertos documentos financieros y aplicar un gran rango de operaciones numéricas básicas, incluyendo el cálculo de porcentajes.
Equidad
Según los resultados analizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, "no existen diferencias estadísticamente significativas" entre los distintos sexos, -los alumnos tienen un rendimiento medio de 516 puntos, lasalumnas, 508-, ni entre los estudiantes matriculados en centros educativos ubicados en el medio rural o urbano -502 frente a 516-, ni entre los públicos y los privados -los centros de titularidad privada rinden seis puntos por encima-.
De hecho, según señala el Informe PISA 2018 en el apartado que analiza el ámbito socioeconómico del alumnado, "Castilla y León destaca por buen nivel de desempeño y un alto nivel de equidad". También en esto, el sistema educativo castellano y leonés se sitúa por encima de la media de España, de la OCDE y de países como Finlandia, Australia o Estados Unidos.