La fuerza de la globalización se deja sentir con más fuerza en el cultivo del maíz. El presidente de la cooperativa Ucogal, Matías Llorente, explica que India y China continúan haciendo acopio, lo que provoca una fuerte escasez y una subida de los precios. Además, Llorente recuerda que los pronósticos señalan el inicio de cinco años de mayor sequía, lo que puede mermar aún más las cosechas y hace preguntarse «hasta dónde puede se podrá llegar». Por el momento, la cooperativa de Cabreros del Río tiene expectativas de liquidar el maíz en 220 euros o más, mientras que muchos agricultores ya están firmando contratos a 230 euros, pese a que los almacenistas ya encuentran clientes para entregarlo a 265. «Hay gente a la que se le está nublando la mente», afirma Llorente.
Cosecha de 900.000 toneladas
Teniendo en cuenta que el año pasado los agricultores cobraron de media 160 euros con secadero, la diferencia es de prácticamente 100 euros por tonelada. Como apunta, el también secretario general de la Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda del Porma, las cifras son mareantes. La próxima cosecha de maíz puede llegar en la provincia a las 900.000 toneladas, lo que en cifras redondas, con la cotización del maíz en 260 euros dejaría en la provincia 90 millones de euros más que en cualquier campaña anterior. En esta situación no resulta excesiva la visión de los expertos que definen el momento en términos de «desmadre», «nerviosismo» o «dudas».
Como explican fuentes agrarias y económicas, a este escenario también contribuye la salida de fondos de inversión que entraron en posiciones bajistas y ahora buscan hacer caja con una salida que contribuye a la distorsión. La especulación se siente cada vez con mayor intensidad en el campo y no solo en los cereales.
Al margen de la colza liquidada por encima de 500 euros en la cooperativa pormeña, el girasol también se ha pagado a 425 euros, y buena parte de ambas cosechas se destinará a la exportación, preferentemente a Francia.
El hachazo de los ecoesquemas
En este torbellino no podían faltar los aires de Bruselas, que temen los agricultores de la provincia. En el mejor momento conocido para los precios del maíz, el cultivo absoluto de León, los nuevos ecoesquemas de la PAC a aplicar a partir del 2023 podrían reducir del 75% al 55% la superficie máxima dedicada a este cultivo por explotación. Si la situación climática y la política de India y China se prorroga más allá de esa fecha, la reducción de la superficie dedicada al maíz en la provincia sería un duro golpe para las cuentas de los agricultores, una nueva oportunidad hurtada.