Daniel Flecha, de 25 años, regenta la panadería familiar Flecha, en el barrio de Eras de Renueva, y forma parte de una familia panadera por excelencia, que comenzó su negocio en 1957 en Santibáñez del Bernesga. El horno de leña original de su abuelo está ahora en la panadería, “aunque hemos ido incorporando otros hornos y nuevas tecnologías que nos permiten trabajar de una forma más cómoda, pero siempre manteniendo los procesos y la forma de trabajo tradicionales”.
Y ahora, el joven Daniel Flecha ha cogido el relevo generacional y ya está situando como un experto panadero, como se refleja al haber obtenido el III Campeonato Nacional de Panadería Artesana. En este certamen han participado un total de 11 panaderos, procedentes de Cantabria, Castilla y León, Andalucía, Madrid y Cataluña, un número superior al registrado en la última convocatoria, en la que Juan Antonio Pérez, de la panadería La Moderna en Las Navas del Marqués (Ávila), se impuso a otros siete candidatos.Los aspirantes han tenido ocho horas para realizar las tres pruebas (pan, bollería y pieza artística) sobre el tema ‘Elemento, monumento, edificio o imagen que represente a tu comunidad’. Daniel Flecha elaboró productos que habitualmente se venden en la panadería leonesa: un pan de masa madre, varios panecillos cuya dificultad de elaboración residía en que debían cumplir el peso máximo establecido por la organización, y bollería. “He querido resaltar los productos leoneses, explica Daniel, por eso hice un panecillo con queso de Valdeón, una napolitana con crema y castañas, nuestra típica torta con azúcar, aceite y piñones, o la palmera típica leonesa que no es la que se conoce de hojaldre seco, sino que nosotros la elaboramos a partir de masa hojaldrada fermentada”.
Preguntado sobre la dureza de la profesión de panadero y su juventud, Daniel explica que “sí, a veces me he preguntado qué hacía yo en el obrador mientras mis amigos estaban de fiesta, pero me gusta mi profesión, me gusta comprobar cómo salen las masas; y las personas necesitamos crecer, evolucionar y estos procesos siempre se consiguen a base de esfuerzo”.
El pan ha dejado de ser un complemento para convertirse en un valor gastronómico en sí mismo. “Hemos detectado que los consumidores valoran más los procesos de elaboración, la calidad de las harinas y que prefieren pagar un poco más y consumir un pan de calidad, hecho de forma tradicional, respetando los procesos de fermentación, en definitiva, hecho con esmero”.
Respecto a su participación en el III Campeonato Nacional de Panadería Artesana, Daniel Flecha reconoce que los participantes “han hechos cosas muy buenas” y, de forma concreta confiesa que el primer día “sí estuve nervioso, porque el obrador y las harinas que utilizamos son diferentes a las nuestras, pero el segundo día de concurso conseguí abstraerme, me centré en la elaboración de mis masas y reconozco que disfruté mucho”.
¿Y ahora? Daniel Flecha explica que “al ser campeón de España, te proponen como integrante de la selección española de panaderos, conocidos como Los Espigas, para participar en campeonatos a nivel internacional, pero mi meta más inmediata es continuar aprendiendo, compartir y crecer profesionalmente”.
Se da la circunstancia de que Daniel Flecha es sobrino de Manuel Flecha, maestro panadero y profesor de la Escuela de Panadería de Madrid, del que el Campeón de España reconoce “haber aprendido mucho y seguir aprendiendo nuevas formas de hacer buen pan”.
El jurado encargado de deliberar estuvo conformado por Jesús Sánchez como presidente, José Joaquín Roldán, Maricruz Barón y Marta de los Reyes, esta última en calidad de observadora. En su decisión explicaba Sánchez que “se ha tenido en cuenta un conjunto de habilidades, de técnica, actitud, comportamiento y limpieza, aparte de la calidad humana y por ello Daniel ha sido justo campeón. Teníamos claro que los tres que han subido al podio eran los mejores y, por supuesto, queremos agradecer a los demás su participación”.