‘La autorregulación en el aula de Educación Primaria’ es el fruto de más de siete años de trabajo en los que ha querido buscar ese "puente", ya que entre ambas fórmulas "hay demasiada distancia como para pegar el salto de lo uno a lo otro sin algo intermedio". Con esa hipótesis comenzó a trabajar en una tesis enfocada a desarrollar la autonomía de los niños como paso previo para aprovechar al máximo las metodologías activas. Una fórmula que ahora ha podido demostrar de forma científica, ya que su investigación concluye que fomentando la autorregulación de los alumnos se generan mayores niveles de motivación entre ellos y su compromiso hacia las tareas es mayor. Unos datos que ha corroborado no solo observando el día a día de su trabajo como profesor si no "con los datos que te dan los alumnos y las propias familias", explica.
"Lo que se comprueba es que los padres de repente te comentan que los niños han mejorado en la gestión de los deberes, que llevan menos tarea a casa porque les da tiempo a hacer más en clase y organizan mejor su tiempo", asegura Óscar Casado, que defiende que enseñar a los niños a planificarse de una forma realista es clave para llevar a cabo esta metodología.
Al menos quince centros de la comunidad aplican estas fórmulas, en las que los niños aprenden a organizarse"Para ser autónomos también necesitan ser realistas", explica el mejor ‘profe’ de Primaria. Un sistema que él lleva a cabo mediante autoevaluaciones en el aula con las que ha comprobado que "al principio de curso distan mucho de las que hace el profesor pero al final cada vez se van acercando más, lo que demuestra que van siendo cada vez más realistas".
Aspectos como la organización son fundamentales en las metodologías activas, en las que muchos expertos fijan el futuro de la educación. "Lo que les vamos a exigir va a ser que sepan organizarse, que sepan establecer tiempos, cumplir plazos, que tengan iniciativa para trabajar en equipo... pero si no les hemos formado antes es un poco perverso que luego les pidamos que lo tienen que hacer directamente", confiesa Óscar Casado. Por eso, su tesis guía esa transición que tanto él como al menos quince docentes de su grupo de trabajo ‘Actitudes’ ya han puesto en marcha con sus alumnos, pudiendo comprobar que el método funciona aplicado en el aula.
En todos los contextos
Otra "clave" de la investigación de Óscar Casado es que su método puede aplicarse tanto en aulas pequeñas –como en la que actualmente da clase, en el Colegio Rural Agrupado Eria-Jamuz– como en clases de 26 alumnos. Precisamente, en su tesis participaron los alumnos y padres del Ceip Ponce de León a los que dio clase antes de llegar a los centros de Castrocalbón y Jiménez de Jamuz, los mismos que le propusieron para los premios‘Mejor Docente de España’ el año pasado."Independientemente del contexto, la metodología funciona, lo que se requiere es continuidad", defiende"En un aula multinivel como en la que estoy ahora –con alumnos de varias edades– no te queda más remedio que tener niños autónomos porque no puedes dar lecciones magistrales con niveles tan dispares, pero en una clase más grande también hay diferentes niveles y la metodología tendría que ser la misma y debería tener en cuenta que también son aulas multinivel", defiende. Por eso, eligió para su tesis doctoral un aula de 26 niños para concluir que «independientemente del contexto la metodología funciona». Eso sí, se requiere de una "continuidad", confiesa, "cuando se trabaja todos los días en la misma línea los resultados tienen que llegar sí o sí".
Un año "apoteósico"
El mejor ‘profe’ de Primaria de España pone fin como doctor a un 2018 que no duda en calificar como "apoteósico" tanto en lo profesional como en lo personal, ya que también acaba de ser padre.Ahora, con su tesis en la mano y tras un proceso «duro» pero más que satisfactorio, espera comenzar a divulgar entre los profesores que quieran sus conclusiones y métodos. "La tesis tiene un carácter divulgativo, de hecho hay un apartado dirigido directamente a que otros profesores lo pongan en práctica", asegura. De hecho esa es una de las partes fundamentales de su proyecto realizado en la Universidad de Valladolid y codirigido entre tres profesores, uno de ellos Ángel Pérez Pueyo, de la Universidad de León y que también forma parte del grupo ‘Actitudes’, donde hay ya más de una treintena de personas.El objetivo final es que su tesis sirva como "herramienta" para que los profesores que quieran comenzar a aplicar en sus aulas metodologías activas comiencen con esta transición propuesta por Casado, que consiste en hacer a los alumnos cada vez más autónomos.
Su método, que suscita el interés de cada vez más docentes e incluso de colegios enteros, pone a este leonés al frente de la transición de la educación hacia los métodos innovadores.