El mejor rosado de España que se hace en León vuelve a venderse

Una de las joyas de Bodegas Gordonzello tiene por esencia la uva de la variedad Prieto Picudo y guarda en su interior la clave de una elaboración de vino rosado que ha sido merecedora de obtener el título del mejor vino de este tipo a nivel nacional: el Gurdos. Fue en el mes de agosto cuando se dio a conocer la noticia de que la guía internacional de vinos y aceites ‘La Semana Vitivinícola’ había reconocido a esta bodega asentada en el municipio de Gordoncillo como el mejor rosado de España y prácticamente fue desde entonces que las existencias se agotaron. Pero para los amantes de este vino que se elabora bajo los parámetros de la DO León hay otra noticia aún mejor: el lunes el Gurdos volverá a estar a la venta.

Bodegas Gordonzello comenzó ayer el embotellado para que este lunes día 18 de noviembre pueda estar de nuevo a la venta. Desde la bodega explican que se trata de una elaboración que ya es especial desde el primer momento de la vendimia y es que esta se lleva a cabo de manera manual y seleccionada. Otro de los rasgos que hacen especial al vino Gurdos es el ‘madreo’, una técnica que consiste en añadir al mosto en fermentación un 10% del volumen del depósito de racimos enteros. «La fermentación intracelular que se produce dentro de cada uva proporciona al Gurdos unas finísimas burbujas de carbónico, además de su color y estructura característicos», explican desde la Bodega, donde reconocen que «la añada 2019 ha sido especialmente cuidada por la Bodega para mantener la calidad de años anteriores y dar soporte a todos los clientes».

El vino Gurdos ya cuenta con una larga lista de galardones, como el premio al ‘Mejor Rosado de España 2018’ por la guía técnica internacional La Semana Vitivinícola o la Medalla de Plata en el concurso Internacional Mundus Vini, pero también con buenas calificaciones dentro de referentes del mundo vitivinícola como es la Guía Peñín o la Guía Repsol.

Bodegas Gordonzello está situada en la localidad de Gordoncillo, al sur de León, un pueblo en el que han sabido hacer ‘renacer’ de nuevo el viñedo para convertirlo en una de sus actividades económicas principales . Su andadura comenzó por una apuesta decidida de un centenar de vecinos a inicios de la década de los noventa y pronto sus vinos comenzaron a conquistar numerosos paladares, tantos como para que ahora sus instalaciones estén en pleno proceso de ampliación con un ambicioso proyecto que seguirá dando forma al sueño de que Gordoncillo recuperase sus viñedos.