"El paracetamol es el opio del pueblo"

Guillermo Martín Melgar (@Farmaenfurecida) acaba de publicar una novela gráfica sobre sus divertidas y surrealistas vivencias profesionales

ABC.es
22/01/2020
 Actualizado a 22/01/2020
Guillermo Martín Melgar, farmacéutico de profesión, triunfa en redes sociales como @farmaenfurecida. | L.N.C.
Guillermo Martín Melgar, farmacéutico de profesión, triunfa en redes sociales como @farmaenfurecida. | L.N.C.
Farmacéutico, tuitero y bloguero de batas. Así se define Guillermo Martín Melgar en las redes sociales, donde escribe bajo el nombre de @farmaenfurecida. Una cuenta de Twitter que nació como protesta por el cambio del plan de estudios en la carrera de Farmacia y que ahora se ha convertido en un sitio de información sanitaria fiable, con dosis de humor, y con mucha crítica a las «influencers» de moda que se atreven a recomendar medicamentos. Acaba de publicar un divertido libro con sus vivencias profesionales: «Esta farmacia es una cruz» (Grijalbo).

-¿Cuánto de autobiográfico y cuánto de ficción tiene tu libro?
-No sé por qué lo ponen en categoría ficción porque es autobiográfico 100%. No solo por mi parte sino por todos los farmacéuticos cuando empiezan a trabajar en la farmacia.

-¿Qué es lo que más molesta a los farmacéuticos de los clientes?
-Pedir cosas sin receta. Eso es lo que más, sobre todo antibióticos. También cuando te dicen: «me vas sacando uno a uno los medicamentos y te voy diciendo lo que necesito y lo que no». O cuando te piden un medicamento que no aparece en su receta electrónica y te dicen que lo quieren porque a su cuñado le ha ido bien.

-¿Cuál sería el perfil de ese usuario que ves entrar por la puerta y ya te echas a temblar?
-Cada farmacia tiene su fauna y sus clientes difíciles. Es verdad que mucha gente mayor es reacia a que le atienda alguien joven y no se fían. ¡Con lo actualizados que estamos!

-¿Cuál es el medicamento que más despachas a diario en la farmacia?
- Paracetamol. Es el opio del pueblo. Hay personas que, cuando les quedan dos cajas en casa, ya se ponen nerviosas por si les falta.

-¿Cuál es el producto no medicamento que más se vende en la farmacia?
-La cosmética. Como nos han bajado el precio de los medicamentos, hay que vender otras cosas. En la carrera estudiamos mucho sobre dermatología, conocemos los tipos de piel y podemos hacer un asesoramiento individualizado. Si vas a pagar un euro más que sea porque funciona.

-¿Han llegado a sobornarte para conseguir sin receta algún medicamento?
-No, pero me han amenazado con demandarme. Y es bastante común. Me pedían un medicamento de 60 euros ¡sin receta y sin dinero! La farmacia es el único establecimiento en el que te amenazan por cumplir las leyes.

-Confiesa, ¿realmente hay diferencia entre el genérico y el de marca?
-Puede haber un 10% de diferencia en los excipientes, lo que afecta a la biodisponibilidad, a si actúa más rápido, pero no es muy relevante. Muchos genéricos y marcas vienen del mismo laboratorio en cajas diferentes.

-¿Cuál es la situación más surrealista que has vivido en la farmacia?
-Madres que echan colirios con corticoides o antibiótico a los niños porque se les secan los ojos jugando a la videoconsola, por ejemplo.

-Hablando de cosas surrealistas, hablemos de «influencers» haciendo recomendaciones médicas. Lo has denunciado desde tu cuenta de Twitter.
-Una de ellas recomendaba dejar de tomar la píldora porque le había salido celulitis, otra que aconsejaba un antibiótico para el acné... La respuesta del público ha sido a mi favor. No tiene sentido que Instagram te censure un desnudo en dos minutos pero puedas recomendar antibiótico a todo el mundo.

-Una vez una farmacéutica me dijo que ella había salvado muchas vidas en el barrio en el que trabajaba. ¿Os toca hacer demasiadas veces el primer cribaje médico?
-Somos el primer filtro. Ahorramos visitas médicas o a urgencias.

-¿Qué te parece que las farmacias vendan homeopatía cuando no tiene eficacia demostrada?
-Llevo trabajando cinco años y nunca he dado homeopatía. Cuando me la piden busco alternativas de fitoterapia. Hay mucho desconocimiento. Se piensa que es una cosa natural, como las plantas, y no es eso.

-Siempre me pareció admirable la capacidad del farmacéutico para leer las recetas con letra de médico. ¿Habéis mejorado con la receta electrónica?
-Más difícil que la letra del médico es sacar lo que quiere el paciente. Vas deduciendo cuando empiezan a decirte: es una pastilla amarilla, pequeña... La receta electrónica nos ha agilizado, pero para los mayores es un engorro. Ellos no se aclaran y pasan la mitad del tiempo en la farmacia. Antes venían una vez al mes y ahora 4 o 5.
Archivado en
Lo más leído