León volvió a responder masivamente a la convocatoria a pesar de las amenazantes nubes, que tampoco se retiraron plenamente. Frente a los otros nubarrones, el feminismo ha vuelto a ser el paraguas bajo el que se han refugiado miles de leoneses de todas las edades porque la desigualdad a la que pretende dar respuestas transciende las fronteras generacionales. Así lo han demostrado las familias que siguieron la manifestación y que hicieron bandera de la educación como la forma más efectiva de luchar contra el machismo y contra cualquier discriminación. De la mano de sus madres, en sillas empujadas por los abuelos, a hombros de sus padres o del brazo de sus abuelas, caminado junto a otros grupos, acompañando a los que los que llegaron sin compañía previa, demostraron que la igualdad es una cuestión de toda la sociedad, de puertas para afuera, nada de puertas para adentro.
Recuerdo a las que no están
Por supuesto no faltó el recuerdo a las que no pudieron estar, víctimas de asesinatos machistas, los dos últimos la semana pasada, con lo que ya son 6 mujeres asesinadas en lo que va de año, 1.132 víctimas mortales por Violencia de Género desde el 1 de enero de 2003 hasta el día de hoy. «Somos la voz de las que no están», se leía en una de las pancartas. «No es no», recordaba otra. Tampoco faltó el ya mítico lema de 2018 «si paramos nosotras se para el mundo» o «el 8 de marzo, la madre que me parió, yo salí a la calle y nadie me calló». También se pudieron leer pancartas en contra de la guerra –de Ucrania–, una reivindicación que también recogió el manifiesto de la Comisión del 8M por «una sociedad más justa, más pacífica y sostenible».
Simone de Beauvoir, hoy
El texto recordó las palabras de Simone de Beauvoir: «No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados». Tan válida hoy como hace 60 años. Y de plena actualidad:«Y vamos a enfrentar la llegada al poder de partidos de extrema derecha como Vox, que aseguran van a derogar la Ley de la Violencia de Género en nuestra comunidad autónoma en cuanto tengan la oportunidad». La Comisión del 8M rechaza de plano la propuesta de Vox y apuestan por «la educación y la sensibilización, por la prevención y erradicación de estas violencias».
Sobre la pandemia, aseguran que «si algo nos ha demostrado la pandemia de la covid es la importancia de poner los cuidados en el centro de la vida y que estos sean compartidos, mediante el desarrollo de políticas de corresponsabilidad que permitan compatibilizar la vida laboral y profesional con la personal y familiar».
Los últimos segundos tuvieron un recuerdo para las víctimas de la guerra, «en solidaridad con todas las mujeres que se enfrentan a la vulneración de sus derechos e incluso a una amenaza inmediata contra sus vidas».
Y concluyó con un grito: «¡Por sus derechos! ¡Por nuestros derechos! ¡Derechos para todas! ¡Todos los días! ¡Aquí estamos las feministas!».
Unas palabras cargadas de asertividad para que calaran a los presentes y al conjunto de la sociedad más que las cuatro gotonas de estos nubarrones que parasarán.