Así se desprende de los datos aportados a este periódico desde la Consejería de Economía y Empleo de la Junta de Castilla y León, encabezada por Carlos Fernández Carriedo.
Concretamente, el número total de puestos de trabajo sería de 1.620, de los que 1.552 serían directos y los 68 restantes corresponderían a empresas que prestan servicios auxiliares en el funcionamiento y mantenimiento del Parque Tecnológico de León.
Estos datos contrastan con los referidos a 2015, ya que entonces había 15 empresas con 708 empleos directos y 83 indirectos, lo que deja por tanto una cifra total de 791. De ello se deduce que el recinto empresarial de la Junta ha duplicado con creces los empleos generados durante los últimos seis años, tal y como puede comprobarse en las tablas que acompañan a esta información.
La edad media de los trabajadores del Parque Tecnológico se sitúa en unos 35 años y tres de cada cuatro empleados que trabajan en este recinto industrial tienen una cualificación superior, bien sea en cuestiones tecnológicas o en la rama biofarmacéutica.
Con sus 32 hectáreas de superficie ocupadas prácticamente en su totalidad, la Junta sigue trabajando en colaboración con el Ayuntamiento de León para ejecutar su ampliación en 2023, justo cuando se cumplirán 15 años desde su inauguración oficial.
El proyecto servirá para que la superficie pase de 32 a 79 hectáreas y estará financiado íntegramente por la administración autonómica (pese a que inicialmente un 20% iba a ser aportado por el Ayuntamiento de León para la expropiación de los terrenos). La inversión superará los diez millones de euros.
La Junta ha declarado esta ampliación como Proyecto de Interés Regional y la traspasado la competencia a la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (Somacyl), lo que a priori supondría poder agilizar los trámites administrativos para la expropiación de los terrenos y la ejecución de las obras.
Al margen de la ampliación, cabe recordar que el edificio de usos comunes del Parque Tecnológico tiene una superficie de casi 6.000 metros cuadrados que albergan oficinas en régimen de alquiler, además de la sede provincial del Instituto para la Competitividad Empresarial de Castilla y León. El resto de la superficie industrializada acoge un polo tecnológico de primer orden, en relación a la biotecnología y farmacia, así como en empresas de ciberseguridad y nuevas tecnologías, además de contar con la colaboración de entidades e instituciones públicas.
Los campos con más actividad
Investigación y desarrollo de procesos químicos y biológicos, fabricación de productos farmacéuticos, servicios de ingeniería, consultoría informática, análisis agroalimentario y medioambiental, tecnología de la información, consultorías, elaboración de productos biosimilares, gestión energética e instalación de redes y control de acceso aportan el grueso de la actividad empresarial que se desarrolla actualmente en el Parque Tecnológico de León.Las empresas interesadas en instalarse en el recinto han de ser consideradas como innovadoras y de base tecnológica. Además, deben destinar el 5% de sus ventas brutas anuales a actividades de investigación y desarrollo y dedicar un mínimo del 5% de su personal al desarrollo de las mismas, por lo que se tratará de personal técnico cualificado.