Luna, es río y es valle. Muy bien situada en el centro del territorio de Cuatro Valles, seis ayuntamientos articulan su territorio. De norte a sur, Sena de Luna, Los Barrios de Luna, Soto y Amío, Carrocera, Santa María de Ordás y Rioseco de Tapia.
Dos elementos de muy reciente aparición, si se tiene en cuenta la dilatada historia geológica de la comarca, definen el actual paisaje de Luna. Se trata de la autopista AP-66, que enlaza León con Asturias y el embalse de Los Barrios de Luna. Como nexo de conexión de ambas infraestructuras, el puente Fernández Casado es el elemento más reconocido de su paisaje, un verdadero hito de la ingeniería civil contemporánea.
Aún embalsado por la presa de Los Barrios de Luna, el río vertebra un territorio agreste y montañoso de extraordinaria belleza. Con cumbres próximas a los 2.000 metros de altitud, las laderas se desploman sobre el valle tapizadas por extensos pastizales. El sabinar de Mirantes de Luna es uno de los bosques más interesantes de León, considerado el más occidental de Europa.
Serpenteante, el Luna discurre desde su nacimiento en la vecina Babia, por el fondo de un amplio valle de origen glaciar que conforma una extensa vega ocupada por prados de siega, siempre frescos. Reconocido río truchero, el Luna acoge cada temporada a no pocos aficionados a la pesca. El contraembalse de Selga de Ordás es punto de invernada de numerosas especies de aves acuáticas, por lo que se ha convertido en punto de observación para ornitólogos y aficionados.
Luna es tierra de pastores trashumantes. Esta forma de vida ha generado un vasto patrimonio que sigue vigente. Fiel a su tradición pastoril, Luna celebra cada mes de septiembre la multitudinaria Fiesta del Pastor. No falta en ella la caldereta, ni un concurso de mastines. En la antigua escuela de Los Barrios de Luna es posible visitar el Museo del Pastor, una sencilla sala en la que se exponen numerosos objetos pastoriles.
Luna alberga un muy relevante patrimonio geológico que ha hecho de la comarca referente para geólogos y paleontólogos de todo el mundo. En el valle del Luna se puede leer, como en ningún otro punto, la historia geológica de la Cordillera Cantábrica.
En Caldas de Luna, está el manantial de Fuencaliente; sus aguas, que brotan a una temperatura de 28º C, declaradas mineromedicinales, desde principios del s. XX son aprovechadas en un balneario en la misma localidad, que ofrece la oportunidad de disfrutar de todas sus cualidades terapéuticas en un entorno excepcional.
Otro punto de interés geológico del valle del río Luna es la garganta del Infierno o desfiladero de Los Calderones, donde el efecto del agua sobre la caliza ha labrado una imponente hoz de paredes verticales en la que resulta muy llamativo el fuerte plegamiento de los estratos.
En el paisaje de Luna se aglutina la identidad natural y cultural del valle, resultado de unos privilegiados recursos naturales y de una forma ancestral de manejo por sus pobladores. Paisaje que mereció la declaración en 2005 del valle de Luna como Reserva de la Biosfera. Valores por los que algunos municipios de Luna, junto a su vecina Babia, están en la Red de Espacios Naturales de Castilla y León.
En Luna encontrarás variedad de alojamientos donde pernoctar y restaurantes donde degustar su rica gastronomía de montaña para completar una visita que, sin duda, merece la pena programar.
El patrimonio rebosante del Valle del Luna
Territorios con una gran riqueza, en los que su mayor valor son las personas que los habitan
15/05/2020
Actualizado a
15/05/2020
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