El escritor Sergio del Molino, buen conocedor del fenómeno de la despoblación, lanza un mensaje a través de Ical y se une a las motivaciones que han llevado a Soria ¡Ya! y a Teruel Existe a convocar este domingo una histórica movilización en la que se esperan 100.000 personas, muchas de ellas de las nueve provincias de Castilla y León, que reclamarán a las administraciones una oportunidad para el medio rural, posiblemente el penúltimo tren de la ‘España Vaciada’, como la han dado en llamar, y que no pueden dejar escapar. Aún se observan pequeñas motitas en un panorama general desolador.
A la manifestación se han adherido 95 plataformas en el escenario nacional. Sólo de Soria, esta asociación, que cumple 18 años con un mismo objetivo, ha organizado 68 autobuses, unas 4.000 personas, a las que se suman viajes particulares y otros promocionados por sindicatos y partidos políticos, a los que Vanessa García, portavoz de la asociación, ruega que “no politicen” la marcha. “Tenemos muy claro que esta manifestación es por su culpa”, sentencia.
La peculiaridad reside en que las motivaciones que llevan ahora a salir a la calle son las mismas que hace dos décadas. “Los objetivos son los mismos de ahora, salvo el túnel de Piqueras y un tramo de autovía. ¡Basta ya! Nos tienen que oír, no son normales las infraestructuras en Soria, que frenan la instalación de empresas, el transporte por tren es pésimo, un mundo rural sin wifi, los jóvenes se van y es necesario moverse cientos de kilómetros por sanidad”, exclama García.
En una cita que califica de “crucial”, muestra un “gran optimismo y esperanza” porque las administraciones hagan caso y a partir del lunes “se pongan manos a la obra”: “Si no lo pensáramos, no seríamos parte del proyecto. Nos gustaría que la plataforma desapareciera porque no hay nada que reivindicar. Queremos hechos, que queda muy bonito en los programas y no lo cumplen”.
En España, hay comarcas con una densidad de población inferior a las más deshabitadas de Laponia. En Soria la media es de ocho habitantes por kilómetro cuadrado, dos en algunas zonas de su territorio. Y en el 53 por ciento de la superficie nacional reside únicamente el cinco por ciento de la población. Una parte de ellos estará representado en la Plaza de Colón, a los que se sumará el apoyo de muchos madrileños nacidos en la capital como consecuencia de la emigración que sus padres o abuelos protagonizaron forzados en las últimas cinco décadas.
Más dramático en España
Sergio del Molino, autor del libro de éxito ‘La España Vacía’ (Turner, 2016), recuerda que la despoblación “no es un fenómeno exclusivamente español, pero sí es cierto que aquí se vive de forma más dramática por las características de envejecimiento y migración”. “Eso nos hace raros en Europa occidental. Los países que nos rodean no lo tienen tan acusado ni los problemas demográficos que tiene España”, responde en conversación con Ical.
En realidad, esto ubica a España y a Castilla y León “a la vanguardia” en lo relativo al envejecimiento, la caída de la natalidad y “vaciamiento progresivo del entorno rural, una cultura que ha desaparecido de las sociedades occidentales”. Por ello, se resigna y considera que es una “tendencia irreversible, artificial, intrínseca al modelo económico y social”. “Para poder cambiarlo deberíamos modificar nuestra forma de vivir, producir y organizarnos. Y como es improbable que suceda, pues eso, que el proceso es irreversible”, insiste.
Por ello, hace un llamamiento a lo que evidencia la manifestación de Madrid: “Todo se resume en derechos fundamentales, porque aunque sea irreversible, ninguna sociedad debe conformarse y luchar por la igualdad. Y esta gente se siente descolgada”, asevera el escritor madrileño, quien tacha de “intolerable” una reclamación que es “justa y está justificada”.
Así, aboga por “tener en cuenta” a “un montón de habitantes”, a los referidos entre siete y nueve millones, afectados por ese ‘Gran Trauma’ que él definió en su ensayo y que son protagonistas del “verdadero problema territorial que hay en el país”. Y es que España es el estado menos poblado del viejo continente y en el que de forma más brusca se transita por una gran urbe y, de repente, casi el desierto. En esto, la Comunidad es la cúspide de la pirámide.
Alguna esperanza…
“La esperanza son pequeñas islas en un escenario general desolador, gracias en parte a la inmigración”, asegura el vicedecano de Economía e Infraestructura de la Facultad de Geografía de la Universidad de Salamanca, José Ignacio Izquierdo. “En los pueblos se mantiene un nivel estable, pero bastante crítico de población, gracias a la incorporación de familias de extranjeros, entre otras cosas por trabajos de atención doméstica o hostelería”, apunta a Ical.
Comparte con Del Molino que esta tendencia iniciada a mediados del siglo pasado es “irreversible” desde el punto de vista estrictamente demográfico en Castilla y León, a pesar de todas las políticas puestas en marcha “para contener el proceso”. “Se conocía lo que podía pasar, con generaciones huecas y sin renovación por la base”, lamenta este palentino, quien apuesta por otras medidas, “porque en cada actualización del padrón se consigna un núcleo más despoblado”. Al respecto, saluda los “esfuerzos” de la Junta, pero considera que “parten de una visión urbana más allá de lo rural”.
Entre las medidas esperanzadores que propone, enumera que no se pierdan nunca los recursos que se han conservado hasta ahora, los parques naturales y nacionales, es necesario vender el patrimonio cultural… “Todo ello es gracias a la gente que ha sobrevivido en los pueblos. Esto se ve muy lejano desde los que toman decisiones y no terminan de ver estos procesos. Hay que cambiar la concepción del medio rural, no sólo es un área de recreo medioambiental o arqueológico”, asevera.
Admite que en la Meseta Norte la situación de la ‘España vaciada’ es “más complicada aún”, pero observa esperanza” en las zonas más centrales de Castilla y León debido a los modos de vida, frente a la periferia. “Teniendo en cuenta las telecomunicaciones y la generalización de sistemas de gestión y venta de productos a través de internet, una política buena sería una dotación al respecto al mismo nivel que el resto del país, promocionar el trabajo online, para que la gente no se desplace todos los días a la ciudad y que negocios pueden prosperar con recursos que a veces quedaban abandonados”, desliza.
Y en este apartado, cobra mayor relevancia, dice, el sector primario, donde la PAC “debe ser una garantía, pero que no anime al campesinado a dejar de trabajar por cobrar una subvención”. “Para ello hay que mejorar los precios en el sector y rentabilizar la explotación y el trabajo”, sostiene Izquierdo, quien reclama una mejora de la red de carreteras locales y la apertura de antiguas rutas ferroviarias.
El vicedecano recuerda que Castilla y León “siempre ha sido zona de paso y eso le ha dado ciertas ventajas a las zonas llanas frente a la periferia más montañosa y fronteriza”. Aún así, admite que una autovía que “une entre sí puntos ya desarrollados se apoya en el medio rural, cuando realmente pasa por encima de él sin verlo”.
Otra de sus aportaciones es promocionar la vida en pueblos con escasos desplazamientos. Es decir, “a lo mejor hay más gente que ve que en un pueblo hay calidad de vida y puede trabajar en una ciudad”. “Hoy la gente se desplaza a trabajar en coche y tren cien kilómetros diarios. En el canal industrial Valladolid-Palencia-Burgos mucha gente podría vivir en pueblos con trayectos mucho menores para trabajar”, expresó Izquierdo, quien criticó que “se han levantado urbanizaciones cerca de las ciudades y resulta que las casas estaban construidas en los pueblos, con precio más barato de suelo y vivienda”.
Por último, desde su visión docente, José Ignacio Izquierdo consideró que los niños “se educan mejor cuando viven en el medio rural en el que han nacido” y “cuando no hay más remedio que desplazarse a la ciudad se pierde capital humano y posibilidades”. En este sentido, mostró su convencimiento de que si Castilla y León obtiene altos índices en conocimiento en el Informe Pisa “es gracias a que se han mantenido esfuerzos en mantener la escuela rural”.