El Pozo Ibarra, BIC desde 2011, aún sigue esperando su oportunidad

El convenio a tres bandas para la conservación, el acondicionamiento, puesta en valor y gestión de las instalaciones, quedó en papel mojado

Estefanía Niño
05/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
pozo-ibarra-4519.jpg
pozo-ibarra-4519.jpg
Escombros, ruinas de lo que fue, basura y un sillón abandonado dibujan el paisaje alrededor del majestuoso Pozo Ibarra de Ciñera. El gigante metálico se erige entre pinos y árboles en flor esperando que llegue la ansiada ayuda para frenar su deterioro. Testigo mudo del desarrollo de una comarca, el castillete no ha tenido el futuro que se le prometía.
El conjunto histórico del Pozo Ibarra fue declarado BIC en 2011 con categoría de conjunto etnológico. Las explotaciones conocidas como Grupo Ciñera o Pozo Ibarra, según recoge la declaración, «constituyen un conjunto industrial extractivo del carbón en pozo y galería, testimonio de la cultura y de las formas de vida de un pueblo, cuya actividad ha generado una transformación importante en la fisonomía del lugar». De entre el conjunto de edificios que componen el complejo, «destaca indudablemente por su singularidad y representatividad tipológica, el castillete y ascensor de bajada a la mina, en uso hasta hace 14 años, formado por una estructura de hierro, que se enmarca en la tradición de las estructuras metálicas roblonadas de finales del siglo XIX». El castillete del Pozo de Ibarra, constituye un singular y relevante ejemplo de alto valor patrimonial, tanto por su valor testimonial como por su singularidad arquitectónica y su autenticidad e integridad. Se trata de una estructura metálica de 31,5 metros de altura y 60 toneladas de peso. «El castillete, no sólo constituye una obra maestra de la ingeniería sino que además se configura como un singular testimonio de una época, de una revolución social, económica, tecnológica y urbana y nos permite entender la verdadera dimensión de los cambios históricos que tuvieron lugar en la España de mediados del siglo XIX, que dieron lugar a la transformación de una economía medieval en una economía de mercado y una sociedad estamental en una sociedad proletaria».

Tras su declaración como BIC, existía un ambicioso proyecto para darle a este conjunto la importancia que merece. Un convenio a tres bandas entre la Junta de Castilla y León, la Hullera Vasco-Leonesa y el Ayuntamiento de La Pola de Gordón iba a poner en marcha este proyecto para la conservación, el acondicionamiento y la puesta en valor y gestión del enclave. En el año 2013 se conocían algunos detalles de este proyecto como una fase de inventariado y recuperación de materiales y, posteriormente, se iniciarían las actuaciones para la reubicación del castillete y la habilitación de un área de exposición. La inversión comprometida para llevar a cabo este proyecto era de 300.000 euros. Nada se realizó. Quedó en papel mojado.

La última formación en criticar este abandono ha sido UPL. Su concejala en el Ayuntamiento de La Pola de Gordón, Sara Herrero, lamentaba a principios de abril en un comunicado que el alcalde, Francisco Castañón, no tenga ninguna certeza sobre la titularidad del bien, y pedía al regidor que se ponga a trabajar en la cesión del Pozo Ibarra para evitar perder más subvenciones.

El Pozo Ibarra se inauguraba en noviembre de 1930. El conjunto de edificaciones, oficinas, vestuario de mineros, etc., entre los que destaca el pozo Ibarra, configuran una muestra coherente y completa de una actividad industrial extractiva del carbón en pozo y galería, en la que se conservan todos los componentes materiales y funcionales, así como su articulación. El conjunto industrial constituye, por lo tanto, e un singular y relevante ejemplo de alto valor patrimonial, tanto por su valor testimonial como por su singularidad arquitectónica. Décadas después, continúa esperando su oportunidad.
Lo más leído