El Pozo Ibarra: una cuestión de tiempo

El conjunto etnológico declarado BIC en 2011 lleva años a la espera de que se cumpla el acuerdo alcanzado por la Junta, la HVL y el Ayuntamiento de La Pola de Gordón para su puesta en valor

Ical
14/06/2020
 Actualizado a 14/06/2020
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“Madre, en mi pensamiento en el Pozo Ibarra estoy, porque en el Pozo Ibarra, madre, trabajando está mi amor/Dejé parte de mi alma en el Pozo Ibarra, madre, que allí trabajó mi amor, que allí trabajó mi padre”. Estos son los primeros y últimos versos de un poema escrito por la madre de la alcaldesa de La Pola de Gordón, Noemí González, dedicado al Pozo Ibarra situado en Ciñera de Gordón, y que, después de años ‘abandonado’ por las administraciones, es “cuestión de tiempo” que pase a manos del Consistorio, que ya tiene varias ideas pensadas para la puesta en valor del complejo.

La Junta de Castilla y León declaró el complejo industrial, propiedad de la Sociedad Anónima Hullera Vasco Leonesa, Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de conjunto etnológico en el año 2011 y delimitó un entorno de protección integrado por el conjunto de edificaciones, oficinas y vestuario de mineros.

La que en aquel momento era consejera de Cultura y Turismo, Alicia García, aseguró entonces que el Gobierno autonómico había llegado a un acuerdo con la empresa propietaria y el Ayuntamiento de La Pola de Gordón para llevar a cabo actuaciones de conservación, impulso y puesta en valor del Pozo Ibarra, en aras de convertirlo en “un revulsivo económico y cultural en toda la comarca”. Sin embargo, ese acuerdo nunca se llevó a la práctica, a pesar de que la empresa minera comprometiera una inversión de 300.000 euros para el inventariado y recuperación de materiales, el inicio de las actuaciones para la reubicación del castillete y la habilitación de un área de exposición.Sin embargo, la Hullera Vasco Leonesa entró en el año 2015 en concurso de acreedores y los buenos propósitos para el Pozo Ibarra quedaron en el aire de manera instantánea. Con el paso de la empresa a manos de una administración concursal, todos los bienes de la misma entraron en un proceso de subasta, en la que ha participado el propio Ayuntamiento de La Pola de Gordón.“El plazo de la subasta está a punto de acabar, queda medio año o así. El Ayuntamiento ha pujado ya por el Pozo Ibarra, el cine de Ciñera, la zona deportiva y el terreno de la fábrica de Santa Lucía. El juez ya lo ha firmado, estamos más cerca, es cuestión de tiempo”, explica Noemí González. Así, una vez que el complejo industrial pase a manos del Consistorio, “lo primero que deberíamos hacer es ser capaces de cerrarlo, porque se han llevado todo, hasta los raíles de las vagonetas”.Después de eso, será el momento de poder poner en valor el Pozo Ibarra, para lo que “hay varias propuestas, pero todavía ninguna decidida”. Algunas de ellas pasarían por “crear un centro turístico, organizar visitas a la zona con un centro de interpretación, que también impulsase el río Bernesga, que siempre fue pesquero aunque ahora no quede mucho porque lo que le hemos hecho es una pena”, expone la regidora.A ellas se suma una ilusión particular de Noemí, a quien le gustaría “crear un ‘bike trial park’ para saltos con bicicletas”, algo que “no requiere tanta inversión y se ubicaría en un entorno precioso” en el que, además “habría que rehabilitar la escombrera, a la que se sigue tirando escombro desde la Corta Pastora”.Sin embargo, para ello será necesario que el Ayuntamiento cuente con fondos específicos que poder destinar al uso. “Este año salió una subvención de la Junta para edificios de la minería, con 20.000 euros a repartir entre varios lugares y, aunque todavía no la podemos pedir porque no es nuestro aún, tú me dirás qué hacer con 20.000 euros”, lamenta Noemí González, al tiempo que afirma que “una vez que sea del Ayuntamiento haremos un proyecto que tenga futuro y pediremos subvenciones para poder llevarlo a cabo”.La alcaldesa de Pola de Gordón lo tiene muy claro. “Para el Ayuntamiento poder rehabilitar toda esta zona supondría mucho”, en un municipio en el que “el paisaje y el turismo deportivo no tiene comparación y es maravilloso, junto a una gastronomía de primera calidad”, por lo que aboga por “enlazar todo con lo que contamos de alguna manera, para que la gente no venga con el coche, suba, baje y se vaya”. De igual manera, González también fantasea con “poder hacer talleres para niños, porque la vida de los mineros era una vida dura pero también muy bonita”.

Un hito en la historia


“Tú vas a Inglaterra, ves los pueblos mineros que son un espectáculo y luego piensas en tu pueblo, que fue así hasta hace cuatro días, pero a nadie le interesa conservarlo”, comenta entristecida la alcaldesa respecto al Pozo Ibarra, “un hito en la historia y en la revolución industrial” que supuso “el paso de la mina de montaña a la mina de pozo y galería”.

Hija de uno de los trabajadores que participó en el montaje de la torreta y que posteriormente lo hizo como vigilante, Noemí González observa la construcción metálica de 31,5 metros de altura. “Es muy triste, 600 toneladas de hierro y ningún tornillo, el mismo sistema de montaje que la Torre Eiffel, y aquí está, abandonado”, lamenta.

Las explotaciones del Pozo Ibarra se inauguraron en el año 1930 y permanecieron activas hasta 1996, cuando una plancha de hormigón selló el broncal del Pozo, cerrando para siempre el centro de producción de la Hullera Vasco Leonesa, bautizado con el nombre de Francisco de Ibarra, nombrado presidente de la compañía sucediendo a Pedro Mac-Mahón.
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