El PSOE exige recuperar el Alvia a Madrid tras el fin de las lanzaderas

La cancelación definitiva de las lanzaderas al AVE suscita las primeras reacciones políticas en el Ayuntamiento de Ponferrada. El PSOE reivindica la conexión directa con Madrid que se perdió con la llegada del AVE a la capital leonesa. «La demanda es recuperar al menos los servicios que teníamos antes, es decir, un Alvia que llegue sin transbordos y en poco más de cuatro horas a Madrid», afirmó este lunes el portavoz socialista, Olegario Ramón, quien reconoció que «la supresión del servicio de autobuses hasta la estación de tren de León es la confirmación de un fracaso».

La Dirección General de Transportes de la Junta de Castilla y León confirmó el final de este proyecto de comunicaciones para el Bierzo alegando la falta de viajeros y el coste elevado (18.000 euros al mes con cargo a la administración autonómica). Sin embargo, los motivos que aportó el grupo municipal socialista son bien distintos. «No hubo ninguna promoción, fue un proyecto que nació sino muerto, herido», apostilló Ramón, que aludió a los vaivenes del proyecto como causa del fracaso: «primero iban a ser trenes, después fueron autobuses y además no conectaban con el primer AVE de la mañana de León a Madrid».

Según el líder socialista, si la conexión con la alta velocidad se hubiera promocionado y contado con una mejor planificación, «la demanda de viajeros habría sido mayor».

No obstante, la exigencia del PSOE es la de recuperar los dos Alvia directos entre Ponferrada y Madrid, que salían diariamente desde la estación de la capital berciana antes de que León estrenase el servicio de AVE.«Finalmente, el hecho de que llegue el AVE a León no es una buena noticia para el Bierzo, sino que supone perder comunicaciones con Madrid», lamentó Olegario.

Los autobuses que salían de Ponferrada a la estación de AVE de la capital leonesa para coger dos de los trenes de alta velocidad que parten desde León a Madrid a diario fue un proyecto que nació el pasado mes de diciembre impulsado por la Consejería de Fomento, dirigida por el leonés Juan Carlos Suárez Quiñones, para dar respuesta a una promesa electoral faraónica que había realizado en campaña electoral la actual alcaldesa de Ponferrada, Gloria Fernández Merayo.