En un año marcado por la sequía y por las guerras del agua en algunas comunidades de regantes de la provincia, en la Margen Izquierda del Porma ha sido posible regar hasta el mes de septiembre. El motivo de este aprovechamiento de los recursos radica en la gestión de un sistema automatizados con importantes beneficios. El presidente de la comunidad de regantes, Matías Llorente, explica que el riego por aspersión produce un ahorro de agua de hasta un 60% en comparación con el riego por inundación y que se obtiene un rendimiento por hectárea superior al 30% a otros sistemas y, sobre todo, se elimina todo tipo de contaminación medioambiental al utilizar la fertirrigación "en la que solo utilizas el agua que realmente necesitan las plantas".
Es un problema muy serio en la provincia de León que de las 135.000 hectáreas que tenemos de regadío, solo hay 35.000 automatizadas en estos momentos No obstante, para ello la comunidad cuenta con el centro de proceso de datos de Cabreros del Río, donde están centralizadas las 80.000 solicitudes de riego que se reciben anualmente, procedentes de unos 4.000 hidrantes, de casi un millar de agricultores. Totalmente informatizada la sala de control es el brazo ejecutor de uno del sistema de regadío más moderno de la provincia, que no solo ahorra recursos y costes, sino que se adapta perfectamente a la nueva normativa medioambiental. "La penalización que ha tenido España este año es muy grave y va a haber un control exhaustivo de la contaminación de nítricos y de pesticidas", alerta Llorente, que reconoce que "es un problema muy serio en la provincia de León que de las 135.000 hectáreas que tenemos de regadío, solo hay 35.000 automatizadas en estos momentos".
La optimización es posible gracias a la estación de bombeo capaz de dar salida hasta 100.000 metros cúbicos de agua en una noche. En ella se encuentra el cerebro de todo el sistema, el autómata que controla un sistema de bombas en línea, con potencia desde 150 hasta 500 kilowatios y que se combinan para ajustar el caudal a la demanda. El sistema se abastece de una balsa reguladora con capacidad para 70.000 metros cúbicos que evita las caídas de presión.
Un sistema que todavía hoy resulta futurista en algunas comunidades de regantes y que, sin embargo, en la Margen Izquierda del Porma está consolidada como algo pasado. De hecho, ya trabajan en el próximo gran salto de la agricultura que combina la teledetección por satélite con el sistema de riego automatizado.
"Se está trabajando en la teledetección, un sistema en el que sea el propio sistema el que riegue sin que el agricultor tenga que hacer la solicitud ya que en cada momento se utilizaría el agua que necesitase la planta en función de su desarrollo fenológico. Además, se le avisaría cuando tuviera algún tipo de problema de una plaga o enfermedad, una carencia de agua o incluso una fertirrigación que necesitaría la planta. Está en desarrollo y sería el futuro", afirma el presidente de los regantes.
Para ello se utilizan mapas con gradación de colores que permiten detectar con precisión las posibles deficiencias. Ya se está en plan de pruebas, este año ya el satélite ya está enviando las imágenes, las está analizando la comunidad y, a través de Tragsa se ha empezado a informar a los agricultores de todo ello. Se espera que en tres años esté plenamente instalado con el objetivo de que los regantes estén más pendientes de vigilar que de regar.
Las tornas se han cambiado y si hasta ahora era el campo el que miraba a los cielos, ahora son los cielos los que tienen fija la mirada en el campo.
El riego por el móvil despega al satélite
En la Margen Izquierda del Porma ya se ha puesto en marcha la teledetección a través de imágenes aéreas que permite observar con precisión las deficiencias en los cultivos
26/09/2017
Actualizado a
17/09/2019
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