El turismo rural pierde viajeros

Cayeron los viajeros y bajaron las pernoctaciones. El turismo rural en León no registró en 2018 sus mejores datos, ya que si se comparan con los del año previo el resultado es una cifra en negativo. Así se desprende del balance publicado este jueves por el Instituo Nacional de Estadística (INE), que dice que fueron 101.087 los viajeros que apostaron por visitar alguna zona rural de la provincia a lo largo del año, lo que supone un 8,1 por ciento menos que en 2017.

Por su parte, las pernoctaciones fueron 203.455, un 6,8 por ciento inferiores a las de los doce meses anteriores. El turismo rural, por lo tanto, perdió en parte el tirón que había demostrado el ejercicio previo, cuando sus cifras fueron las más elevadas de la última década.

En lo referente a viajeros, en 2017 superaron por primera vez –al menos desde 2007– la barrera de los cien mil. Los destinos alejados de las grandes poblaciones ganaron turistas ese ejercicio a un ritmo acelerado. La cifra se disparó un 24,8 por ciento sólo en ese año, siendo la subida más espectacular en diez años.

La más baja de este periodo fue, por su parte, la registrada en 2012, cuando los viajeros alcanzaron los 70.125 en todo el año. Un número, además, que suponía una gran caída frente a 2011 (del 22 por ciento, ya que había habido 90.909, que había sido hasta 2017 la cifra más alta de la década).

Si hablamos de plazas ocupadas, de las noches que cada viajero se alojó en algún establecimiento del medio rural, la comparativa llevaba dos años dando un resultado positivo. En 2017 fueron 218.297, un 13,7 más, pero a lo largo de la década hubo varios negativos en relación a años previos (bajaron los números de 2008 respecto a los de 2007, los de 2010 respecto a 2009, los de 2011, los de 2012, los de 2013 y los de 2015.

La cifra más elevada de pernoctaciones de la última década también se registró en 2017 (218.297), mientras que la más baja hay que buscarla en 2013 (159.644).