Hay demasiados lugares en la ciudad de León en los que parece que el confinamiento ha terminado. La mejora de las cifras, el anuncio del fin progresivo de las restricciones y la confusión con la que, evitable o inevitablemente, se ha comunicado a la población han hecho que muchos leoneses salgan a la calle y no precisamente a hacer la compra o ir a su trabajo. Bajas por Ramón y Cajal preguntándote a dónde irán todas esas personas y, de pronto, dos patrullas de la Policía Local se atraviesan en la calzada y levantan un control en cuestión de segundos. Los coches no tienen escapatoria, pero los peatones cuyo destino antes te preguntabas empiezan a cambiar de dirección o a dar la vuelta, hasta que se evaporan. Ocurre en muchas calles, en todos los barrios, pero si hay un lugar en la ciudad de León en el que se aprecian las consecuencias del confinamiento es la Plaza del Grano. La ausencia de paseantes sobre sus cantos rodados, coincidiendo con la llegada de la primavera y sus copiosas lluvias, han hecho que el verde se adueñe del rincón que sin duda es lo más parecido a un pueblo de toda la capital leonesa. De hecho, la escena se repite en las aceras de muchas pequeñas localidades de la provincia, en las que las hierbas propias de esta época crecen sin control y en la mayoría de los casos sin nadie que les ponga freno.
La reforma de la Plaza del Grano, acometida por el Ayuntamiento de León hace ahora un par de años, generó mucha polémica en la ciudad. Se crearon posturas tan enfrentadas y se difundieron mensajes tan contradictorios que, sin llegar al extremo del coronavirus, bien podrían engrosar futuros capítulos de la Teoría de la Comunicación Social. Se trata de uno de los rincones más hermosos de la capital, uno de más bucólicos y de los que más querencia despierta entre muchos leoneses, tanto como los monumentos más populares. Había entonces gente que se creía a pies juntillas que iban a construir un aparcamiento subterráneo, gente que daba por supuesto que iban a hormigonar toda la superficie y, sobre todo, gente que creía que todos los medios de comunicación estaban conspirando para ocultar las verdaderas intenciones de la reforma. Lo que no había era gente que consultase el proyecto oficial, a pesar de que estaba expuesto al público. Entre los que vertían opiniones al respecto, muchos románticos argumentaban que, en cualquier caso, se iba a perder el verdín que nacía entre las piedras, el mismo que les estará esperando cuando se levante el confinamiento... oficialmente.
El verde sí que vuelve a la Plaza del Grano
Dos años después de su reforma, que resultó tan polémica, la primavera y el confinamiento han hecho que las hierbas ganen el espacio a los cantos rodados
30/04/2020
Actualizado a
30/04/2020
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