Del millar de internos, apenas un 8%, es decir, unos 80, han ejercido su derecho a voto, y aunque parezcan pocos, dice el director del centro penitenciario, José Manuel Cendón, que se ha notado un importante incremento respecto a comicios electorales recientes. De los que no votan, algunos –que no muchos– es porque tienen restringido el derecho a sufragio, aunque no es habitual, explica Cendón; otros, bastantes más, porque son extranjeros y no tienen derecho a voto en España, y luego, por supuesto, los que optan por la abstención.
En la cárcel, el sistema de votación es prácticamente idéntico al voto por correo de la calle, con la única salvedad de que el ciudadano de la calle tiene que ir a Correos, y en el caso de los presos, es Correos el que va a la prisión –por razones obvias–.
En el centro penitenciario se les informa de cómo ejercer el derecho a sufragio, cuándo, etcétera, y a partir de aquí es decisión de los internos solicitar el voto o no. En una primera visita de Correos recogen todas las demandas, para otro día, en este caso el pasado miércoles, personase allí con todo el material necesario para poder votar, el sobre blanco (al Congreso), el salmón (al Senado), las candidaturas de los distintos partidos y el papel con los datos del censo electoral. La decisión es cosa de cada uno y, una vez tomada, a votar.
Interés por la política
No hay mítines ni visitas de los partidos. Según explican desde el centro penitenciario leonés, durante mucho tiempo varios partidos lo intentaron, pero les fue denegado por motivos, fundamentalmente, de seguridad, y porque al final, o todos o ninguno, se consideró. Pero ya casi ni se presta atención al votante preso. La elección de votar es tan libre como será mañana domingo seguir el minuto y resultadode la jornada electoral. La pregunta al director de la cárcel era inevitable, tanto como previsible su respuesta: ¿Han ejercido Montserrat y Triana su derecho a voto –el a quién sí que no se pregunta, que el voto es secreto–? "No lo sé, pero de saberlo, tampoco podría decirlo, y no lo diría".
En todo caso, parece que el interés por la política que se vive en la calle también ha atravesado las rejas de la prisión y que, en esta ocasión, existe un mayor interés por participar en la fiesta de la democracia. Se puede afirmar que la abstención ha bajado en la cárcel, ¿pasará lo mismo mañana domingo en el cuerpo a cuerpo con las urnas?