'Empate' entre los dos grandes bloques

El Partido Popular gana claramente las elecciones, mejorando sus resultados en casi medio centenar de diputados, pero el hundimiento de Vox augura otra presidencia de Sánchez

David Rubio
23/07/2023
 Actualizado a 24/07/2023
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Las elecciones que se presentaron como las que, más que partidos,medían a los dos grandes bloques representativos en el parlamento español se saldaron anoche con un triunfo claro pero insuficiente del Partido Popular. Encabezado por el gallego Alberto Núñez Feijóo, consiguió recuperar a buena parte de su electorado con el mantra de luchar contra lo que denominaron el ‘sanchismo’, pero por el camino perdieron los apoyos que ahora necesitarían para alcanzar el gobierno.

El crecimiento del PP resultó espectacular, constatando que Feijóo ha devuelto la unidad al partido y se entiende que también la ilusión, pero resulta evidente que le queda mucho camino por delante para alcanzar la mayoría en solitario que durante tantas legislatura ha ostentado su partido. Mejoró en 47 escaños en el Congreso de los Diputados, pero se quedó a casi 40 de esa mayoría que reclamaban los populares en cada debate y el hundimiento del que se ha vendido como socio natural en estos comicios, Vox, le alejan del poder que tanto tiempo llevan ansiando.

El PSOE resistió el crecimiento del PP, puesto que los socialistas incluso consiguieron mejorar su resultado de 2019, que ya entonces les sirvió para formar el primer gobierno de coalición de la historia democrática española. La jugada de Pedro Sánchez de adelantar las generales para pleno verano, pillando a sus enemigos completamente desprevenidos cuando aún estaban celebrando el resultado de las municipales y forzando a todos los partidos que están a la izquierda del PSOE a llegar a acuerdos en tiempo récord, se puede decir que le salió bien al actual presidente del Gobierno en funciones.Serán necesarios los pactos, los acuerdos, para formar gobierno, para aprobar cada iniciativa parlamentaria que se quiera poner en marcha, pero todo hace indicar que será el bloque de la izquierda el que, a priori, tiene más fácil recabar los apoyos para seguir decidiendo los destinos de este país, aunque el fantasma del bloqueo y de una posible repetición electoral vuelven a condicionar a los españoles, como ya ocurriera hace cuatro años.

De ello tiene buena parte de la culpa que el PP consiguió recuperar al electorado de derechas pero Vox se hundió, demostrando que los 54 escaños con los que hasta ahora contaba en el Congreso de los Diputados no eran más que una consecuencia del hundimiento de Ciudadanos y de la repetición de las elecciones, al no haber sido capaces de llegar a un acuerdo en primera instancia PSOE y Unidas Podemos (el ya famoso «no dormiría tranquilo» de Pedro Sánchez que luego sí le sirvió para conciliar el sueño del poder). La formación de Santiago Abascal perdió casi dos decenas de escaños respecto a los anteriores comicios y eso provoca que, pese a la fuerte subida del Partido Popular, al bloque de derecha no le den ahora las cuentas para alcanzar la Moncloa.

Otras sorpresas muy significativas que dejaron los resultados registrado en la jornada electoral de este pasado domingo es el hundimiento de los partidos catalanes, en especial Esquerra Republicana, que se ha dejado seis escaños por el camino, aunque su papel seguirá siendo determinante para decidir el futuro gobierno de España. Junts también empeoró sus resultados, aunque no en la misma medida puesto que los de los de Gabriel Rufián prácticamente reducen a la mitad su presencia en el Congreso. La CUP desaparece en Madrid.

Por su parte, los partidos vascos vieron cómo mejoraba resultados EH Bildu y cómo el PNV perdía uno de los diputados que hasta ahora tenía en el Congreso.

Con todo ello, la amenaza de bloqueo sigue en el aire, como en los primeros comicios de 2019, puesto que ninguno de los dos bloques parece que puede alcanzar con claridad los 176 diputados que marcan la mayoría en el Congreso. Todo ello viene a hace crecer el fantasma de una repetición electoral, que todo hace indicar que, en el caso de producirse, tendría lugar durante el otoño, es decir, cuando estaba previsto que se celebrasen las generales antes de que Pedro Sánchez decidiera adelantarlas tras su batacazo en las elecciones municipales del pasado 28 de mayo.


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