Los familiares que se agolpaban a la puerta de la explotación de Cerredo tenían claro que en el fondo de sus preguntas las respuestas las debía contestar Blue Solving, la empresa para la que trabajaban los cinco mineros fallecidos. Esta empresa desarrollaba un proyecto con el objetivo de reanudar la explotación de la mina extrayendo "mineral de altas prestaciones" para la elaboración de grafito, cuestión para la cual contaba con un permiso de investigación desde el verano de 2024 sin tener previsto comenzar la extracción del carbón que consideraban de alta calidad hasta finales de 2025 o incluso 2026.
Los sindicatos, que han mostrado su apoyo a las familias de las víctimas así como el reconocimiento a los servicios públicos que han participado en el rescate, convocan una huelga de 48 horas y piden que se investigue si se cumplían con las normas exigidas de protección a los trabajadores.
La mina ‘del futuro’ de Victorino Alonso en la que ya había fallecido un lacianego
La mina de Cerredo en la que este lunes se dejaban la vida cinco leoneses se inauguró en 2009 en un proyecto del empresario también leonés Victorino Alonso que llegó a contar con 500 trabajadores y a extaer millón y medio de toneladas de carbón en lo que pretendía ser una explotación ‘del futuro’, con novedosa maquinaria y la seguridad por bandera. Sin embargo, como la gran mayoría de minas asturianas y leonesas cerró en 2018 por normativa europea. Tras la gestión de coto Minero Cantábrico y su liquidación en 2013, la propiedad de Cerredo pasó a la empresa Minera Astur Leonesa. Con su disolución en 2019, la propiedad regresó a CMC a pesar de su proceso disolutorio.
Desde 2024 era la empresa Blue Solving la que investigaba con la intención de extraer antracita. Cerredo ya había sido escenario de accidentes mortales, como el ocurrido en agosto de 2022 cuando perdía la vida un minero uruguayo. En 2015, un picador de Villaseca perdía la vida allí.