"En la Diputación piensan que somos entidades financieras"

La Plataforma de Entidades Sociales del Medio Rural en España está dando sus primeros pasos. Y lo hace de la mano de su dinamizadora, la leonesa Belén Arén, que es además presidenta de Activos y Felices y que denuncia que en nuestra provincia «se cortan las alas a la caridad» y esto provoca que las asociaciones pequeñas «estén cayendo una tras otra». «En la distancia social que separa a los que duermen en la calle de los que lo hacen bajo un techo está la caridad de entidades sociales como la gran cantidad que formamos el Tercer Sector en la provincia, especialmente el de las asociaciones pequeñas, esas que no estamos declaradas de utilidad pública, pues nuestros pocos recursos los tenemos que destinar a usuarios que en muchos casos son nuestros vecinos o amigos, especialmente en el medio rural. En nuestra mano está dar un hogar a quienes la sociedad y las administraciones, ha dado la espalda», afirma.

En este sentido, la máxima responsable de la Plataforma de Entidades Sociales del Medio Rural en España denuncia la existencia de un problema con la Diputación de León. «Su equipo, no sé si social o de Intervención, ha pensado que las entidades sociales somos entidades financieras. Sus subvenciones son injustificables, haciendo que la mayoría de la organizaciones no nos podamos presentar, pero además tenemos que tener dinero de remanente para poder ejecutar el proyecto, cuando tras la pandemia hemos agotado todos los pocos recursos económicos que nos quedaban en nuestras arcas. No se puede trabajar ante una situación tan incierta, muchas entidades tienen trabajadores, la nueva Ley de Empleo tampoco es nada clara en lo que a la contratación y despidos de las organizaciones sin ánimo de lucro se refiere», detalla Arén.

Además, desde la recién creada plataforma reclaman «mayor estabilidad» para poder gestionar de la manera «más eficiente» los recursos de los que disponen especialmente las entidades sociales más pequeñas y con mayor implantación en el medio rural. A este respecto, consideran que los «constantes cambios» en los que van derivando los acontecimientos sociales van a generar un «considerable aumento» de la pobreza, de la soledad de los mayores, de los problemas de salud mental, del maltrato en todos sus ámbitos y de la injusticia financiera con la tercera edad a través del «analfabetismo digital». «Nosotros necesitamos tener unas condiciones fijas, no pueden ser tan volubles. No es lo mismo organizarnos para 200 personas que para 1500», lamenta Arén.

La dinamizadora de la Plataforma de Entidades Sociales del Medio Rural en España se refiere también al personal que tienen las entidades sociales. «No podemos tirarles a la calle en función de las épocas de mayor o menos actividad. «¿Qué hacemos si en unos meses vuelven a demandar nuestros servicios nuevos usuarios? Las asociaciones pequeñas generamos empleo y atendemos a personas sin color ni bandera y con los voluntarios y los trabajadores son nuestro principal activo», defiende.

Además, recuerda que la pandemia de coronavirus tampoco ha puesto las cosas fáciles para las entidades sociales y asociaciones de ayuda a todo tipo, ya que han tenido que reformar los servicios que ofrecían, reducir aforos en los centros, implementar las medidas higiénicas y mantener al personal con unas cuentas «ya de por sí ajustadas». Por este motivo, reclaman a las administraciones «una nueva mirada y una nueva forma de organizar los recursos sociales, ya que nada volverá a ser igual».

En definitiva, Arén cree que la creación de la plataforma y un mejor reparto de los recursos sociales a través de una nueva forma de acceder a las subvenciones –especialmente de la Diputación de León– que permita el acceso a convenios de todo tipo de las entidades que demuestren su capacidad para realizar un proyecto podría evitar incluso enfrentamientos legales, ya que «no vamos a dejar de atender a nuestros usuarios y ahora, por primera vez, nos estamos uniendo en la defensa y los derechos de los más vulnerables».