Entre la valentía y el agradecimiento

Cuando se cumplen seis meses del estallido definitivo del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, cinco mujeres, leonesas y ucranianas, reflexionan sobre su cambio de vida

María Herrero
23/08/2022
 Actualizado a 23/08/2022
Lisa, Natalia, Marta, María José y Noelia hacen balance sobre su vida en el Centro de Emergencia de Ucrania en Valencia de Don Juan. | SAÚL ARÉN
Lisa, Natalia, Marta, María José y Noelia hacen balance sobre su vida en el Centro de Emergencia de Ucrania en Valencia de Don Juan. | SAÚL ARÉN
Hace ya unas cuantas semanas que el pequeño Denys comenzó a caminar. Sus primeros pasos los dio en Valencia de Don Juan, en el Colegio Padres Agustinos, y muy lejos de su Lviv natal, ciudad que abandonó junto a su madre a principios de mayo, más de dos meses después del estallido definitivo del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Marta, la madre, dejó allí a su marido y padre de Denys, un hombre que aún no ha podido ver cómo su hijo ahora es capaz de moverse con autonomía por los jardines de su nuevo hogar.

Junto a ella, Natalia. Esta mujer ucraniana también abandonó su casa el pasado 1 de mayo. De un día para otro. Natalia se vino con su hija y con lo puesto, aunque no quiso dejar de llevarse su blusa blanca con bordados azules, una prenda típica en su país natal y que lleva hoy con mucho orgullo. Allí, en Odesa, también se quedó su marido.

Este 24 de agosto se cumplen seis meses del inicio de la operación militar que llevó al presidente de Rusia, Vladimir Putin, a iniciar una guerra contra Ucrania. Desde entonces, han muerto más de 5.000 civiles y más de 50.000 soldados podrían haber perdido la vida en el combate, aunque ninguno de los dos países actualiza el balance concreto de muertos en sus tropas. Asimismo, y según datos de la Organización de Naciones Unidas, se han producido casi 16 millones de desplazamientos de ciudadanía ucraniana, 8,7 de ellos de personas que han huido del país.

Refugiadas ucranianas como Marta y Natalia y otras 233 personas que han pasado por los Centros de Emergencia de Ucrania que Accem León gestiona en la provincia desde hace seis meses. Noelia Diez Albarracín, adjunta responsable de la entidad en la provincia, explica que "muchas personas han podido regresar a su lugar de origen porque la situación se ha estabilizado. Otras se han movido a otros países europeos por cuestiones familiares, de trabajo o de acogida". Los espacios de los que que la entidad dispone en la provincia para acoger a la población refugiada son el Centro Buendía Altollano, en Villaquilambre, que ha trabajado con 100 personas, 40 de ellos menores; un hostal en León, por el que han pasado 36 ucranianos, 12 de ellos menores; y el Colegio Padres Agustinos de Valencia de Don Juan, en el que han convivido 97 refugiados, 33 de ellos menores.
Muchas de estas personas, como Natalia y Marta siguen conviviendo juntas en este espacio que cedió la Orden de San Agustín y con el que colabora el Ayuntamiento coyantino. Un lugar amplio, con zonas comunes y un gran patio con jardín que ya han convertido en su hogar.

Un giro de 360º


Ya lo han hecho porque al principio fue una tarea complicada. "Nuestra cultura es diferente, al principio todo era extraño", relata Natalia, aunque ese periodo de adaptación enseguida se hizo más llevadero gracias a la hospitalidad de las instituciones del municipio y las provinciales y también a la solidaridad de sus nuevos vecinos y vecinas. "Nos trajeron muchos juguetes para los niños y también mucha ropa, camisetas con el nombre de Valencia de Don Juan, por ejemplo", añade Natalia.

La hospitalidad de la sociedad coyantina les ha servido para adaptarse más rápido de lo que creían: "En el pueblo hay muchas actividades y ahora conocemos a más gente", cuenta Natalia. El verano está siendo muy animado para ellos en la localidad coyantina y disfrutan mucho de sus ratos al aire libre. Cuentan que, cada semana, les gusta ir a ver bailar a las personas mayores al entorno del castillo porque "en Ucrania tienden más a quedarse en casa", explica Lisa, traductora e intérprete para Accem León que ofrece acompañamiento a las personas refugiadas.

Pero no solo la sociedad coyantina se ha volcado con ellas en los últimos seis meses, también lo han hecho las instituciones y Accem León. Cuenta Marta que tienen "clase de español a diario, gracias a la entidad, y que los niños y niñas tienen campamentos, piscina y actividades gratuitas en Valencia de Don Juan gracias a la Concejalía de Servicios Sociales".

Y ellas también han puesto mucho de su parte. Noelia Diez y María José Alonso Cuende, responsable del centro, confiesan sentirse sorprendidas por todos los avances que han conseguido en los pocos meses que llevan aquí. "Pueden seguir perfectamente nuestras conversaciones, aunque todavía les cuesta lanzarse a hablar", argumenta María José. Aunque, sin duda, están más admiradas por su trabajo, tesón y sobre todo por su valentía.

Pasado y futuro


Hace cuatro meses que Marta y Natalia dejaron atrás lo que era su vida. Marta acababa de comprar y reformar su casa en Lviv y Natalia echa de menos el bullicio del turismo en Odesa.

Ambas aseguran sentirse cómodas en Valencia de Don Juan, y es esa sensación a la que aspiran las trabajadoras del centro: "El objetivo no es que sean felices, sabemos que con lo que dejan atrás y la información que reciben a diario es una tarea imposible, lo que queremos es que estén tranquilos", explica Noelia Diez.

Y ellas se sienten tranquilas, agradecidas y sobre todo emocionadas. Cuando Marta y Natalia reciben la pregunta de cómo han sido sus últimos meses en León, se empañan sus ojos al pensar en la atención y el cariño que han recibido por parte de esta sociedad en un lugar que poco a poco se convierte "casi" en su casa. Pero también cuando la pregunta gira en torno a los recuerdos de su ciudad y las personas que aún siguen en Ucrania. Marta lamenta que una ciudad histórica y tan llena de arquitectura como Lviv, con 750 años de antigüedad, esté sufriendo las consecuencias de esta guerra. Lo mismo le sucede a Natalia con Odesa, un lugar bañado por el mar Negro, alegre y con mucho turismo. El recuerdo a su familia se lo quedan para ellas.

Este miércoles, 24 de agosto, también se cumplen 31 años de la independencia de Ucrania. Un día de fiesta y de recuerdo, una jornada para intentar dejar atrás el miedo, y celebrar la tranquilidad y la seguridad en Valencia de Don Juan.
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