El próximo mes de mayo se cumplirá ya una década del asesinato de Isabel Carrasco.León fue triste protagonista de una noticia que dio la vuelta al mundo, que conmocionó a este país y que cambio para siempre la vida política de la provincia … ¿O no tanto? El periodista Javier Calvo publica en la editorial leonesa Eolas ‘Yo, Isabel’, un libro que se presentará a lo largo de las próximas semanas y en el que analiza el contexto en el que se movía la todopoderosa presidenta del PP leonés y de la Diputación Provincial, el clima que se generaba en torno a su gestión y a su extrema ambición y lo que desde entonces ha cambiado, o no tanto, la vida política leonesa.
- Han pasado ya diez años, se han escrito varios libros, se han hecho películas documentales, ¿Qué novedades aporta ‘Yo, Isabel’ al caso del crimen de Isabel Carrasco?
Respuesta: He buscado girar el foco, pasar de una mirada sobre ese terrible crimen a un análisis del personaje que envolvía a la víctima, y a todo lo que se derivaba del mismo. Han sido dos años de largas conversaciones con políticos, empresarios, colaboradores de la propia presidenta, funcionarios de la Diputación, policías, criminólogos… Hasta medio centenar de entrevistas que ayudan a revivir, reconocer y analizar el León que sobrevivía a la sombra de Isabel Carrasco. Quizá esa sea la principal aportación en un libro que en un setenta por ciento radiografía los micromundos generados alrededor de una mujer única en el escenario político local y que emplea el treinta por ciento restante en el desenlace final. Y todo, salpicado con no pocas vivencias personales, algunas anécdotas, pequeños detalles que ayudarán a entender cómo era posible que una provincia entera girara sobre una mujer a la que nadie podrá negar su inteligencia y su firmeza.
- En los diez años que han pasado desde el crimen, ¿qué ha cambiado en la política leonesa?
Respuesta: Se han normalizado determinados aspectos vinculados a la vida política, pero con un efecto paradójico. La política obedece a un principio: trabajar en beneficio de la sociedad. La brutal salida del escenario de Isabel Carrasco puso fin a una forma de practicar la política local absolutamente egoísta, descarnada por momentos. Sin embargo, hoy aún queda quien anhela aquella forma de gestión pública, aquel creer que quien gobierna manda, incluso por encima de quienes le llevaron a un determinado puesto de representación. En León han cambiado las formas, pero pervive el espíritu Carrasco en no pocos escenarios. No aflora, es cierto, pero pervive. Hay quien añora su forma de actuar y quien cree que la sociedad solo responde cuando se la trata con mano de hierro.
- ¿Y qué ha cambiado en la sociedad para que, hoy, sea tan difícil de explicar el poder que alcanzó Isabel Carrasco?
Respuesta: Con la mirada de hoy es imposible de entender que hubiera un tiempo en el que una única persona atesorara un poder político, mediático y social prácticamente absoluto. Nadie entendería hoy aquellos silencios cómplices, aquel vivir arrodillado por temor y aquellas situaciones tan corrosivas. Hoy es imposible creer que se pudiera llegar a una situación de contaminación social tan brutal. Y esa incredulidad, ese ‘no puede ser que ocurriera algo así’, hace que quien no vivió aquellos momentos no pueda comprender que se dieran realmente.
- ¿Cómo era la compartir la actualidad informativa con ella siendo un personaje tan complicado?
Respuesta: En nuestro caso, siendo director de leonoticias, aquello fue una pelea periodística extraordinaria, durísima, pero realmente enriquecedora en lo profesional. Carrasco arremetió con todo contra el periódico, sin miramientos, y lo hizo convencida de que ella estaba por encima de todo y de todos. Era su forma de ser y hay que entender que simplemente ella era así. Nos retiró la publicidad institucional, presionó a no pocos empresarios para laminar al diario, buscó acallarnos y nos llevó a los tribunales. Fue una etapa increíble. Recuerdo emisarios para amenazar a la redacción, mensajes a través de terceros para dejar de informar, reuniones amenazantes al editor del diario... ¿Mereció la pena tanto empeño y tanto sacrificio por defender la profesión? Yo creo que sin duda.
- ¿El libro sorprenderá más a los lectores leoneses porque cuenta detalles que no se habían revelado hasta ahora o, más bien, a lectores de fuera que no conocieron las particularidades del personaje?
Respuesta: Creo que a ambos. He buscado recrear el personaje y su entorno, definir cómo era Isabel Carrasco y cómo se creó un caldo de cultivo tan corrosivo que terminó del modo más abrupto posible. Siempre digo que Carrasco logró que la sociedad leonesa estuviera atomizada, fragmentada, tanto que ella podía gestionar cada uno de esos pequeños elementos casi a capricho. Eso le daba un poder casi absoluto. Ella era extraordinariamente inteligente, nunca daba un paso en falso y nunca permitía que se cuestionaran sus decisiones. Nunca imaginó que tanta presión derivara finalmente en un cabo suelto, en un elemento aislado que perdiera la cabeza hasta el punto de cometer un asesinato. ‘Yo, Isabel’ creo que es un título que define muy bien lo que se puede encontrar en su interior.
- Diez años después, ¿sigue costando que quieran hablar algunos de los que fueron protagonistas de la política leonesa al mismo tiempo que ella?
Respuesta: En las primeras páginas del libro cuento, y casi es una cita textual, que pese a que hoy Isabel Carrasco solo es un recuerdo de aquella etapa gris y oscura en la provincia de León, resuelta de una forma atroz, los entrevistados mayoritariamente han pedido que se preserve su anonimato. El motivo, y como resumen, evidencia una década después la huella de este personaje: “De alguna forma, ella sigue viva”, han remarcado. Y a eso nos tenemos que enfrentar, la huella de Isabel Carrasco sigue ahí, aquellos silencios cómplices lo serán para siempre. Quienes entonces solo informamos tuvimos que defender el periodismo hasta llegar al Tribunal Constitucional, y nadie nos acompañó en ese camino. Lo digo sin reproche alguno. Así eran las cosas.