Es técnico de la administración autonómica desde el año 1995 y ha estado ligado a los servicios territoriales de Hacienda y de Sanidad y Bienestar Social, además de a la Oficina de Trabajo y al Procurador del Común, época de la que guarda "muy gratos" recuerdos de la mano de Javier Amoedo, que había sido antes su profesor en la Facultad de Derecho. Juan Antonio Orozco, gerente territorial de Servicios Sociales en León trabaja desde 2018 en la Gerencia y hace ya algo más de año y medio que se puso al frente de la misma.
– ¿Qué balance general hace desde que ocupa el cargo?
– La experiencia está siendo altamente satisfactoria y esto se debe a que cuento con un equipo que es muy completo. En primer lugar, está el personal funcionario que tenemos aquí en la sede de la plaza de Colón y que realiza una labor espléndida. Pero quiero recordar, a la hora de hacer esta valoración tan favorable, el personal más desconocido, que es el de nuestros centros. Tenemos seis centros de día, uno de protección de menores, dos residencias de mayores en León y Ponferrada y una unidad de valoración y atención a personas con discapacidad, que se trasladará en dos años a un nuevo edificio que se ubicará en La Lastra. Hay personal que realiza una labor excelente. Y no sólo está la plantilla de oficina, que es la más conocida, sino también la de estos centros. Luego también es importante, a la hora de valorar positivamente este periodo, el apoyo que hemos tenido de la Delegación Territorial de la Junta, primero de Ester y ahora de Eduardo, pero también de la Gerencia de Servicios Sociales en Valladolid, con la que tenemos una coordinación muy positiva. Quiero destacar también la cercanía con las demás direcciones generales que trabajan en la materia, como es el caso de Personas Mayores, Familia o Mujer. Y para cerrar un poco este círculo de la gente que trabaja con nosotros en este trabajo tan positivo, están además las entidades del tercer sector, que son espléndidas. Todas sin excepción. Desde la primera que conocí, que fue Alzheimer Bierzo, a la última con la última con la que tuve ocasión de estar, que fue Isadora Duncan gracias a unas jornadas que organizaron sobre pobreza energética. Sin estas entidades, sería imposible que la labor de la administración tuviera un resultado tan positivo. Y luego, en última instancia, están las personas que a título particular vienen y confían en nosotros paras que les orientemos, les demos información y les escuchemos, porque al final son esas personas las que valoran positivamente nuestro trabajo.
– Es cierto que en la calle no se conoce todo lo necesario el trabajo que se coordina desde aquí y al que además se siguen incorporando nuevos servicios…
– Efectivamente, mucha gente cree que sólo tramitamos papeles, pero en realidad no es así, porque no podemos olvidar que la labor de nuestros centros es extraordinaria. Quizá no se visibiliza lo suficiente, pero es extraordinaria. Y es verdad que seguimos incorporando servicios. El más novedoso, ya que se ha presentado este año es el servicio ‘Intecum’. Es una palabra latina que puede traducirse como «contigo y para ti». Está pensado para enfermedades incurables, avanzadas, progresivas y con un pronóstico muy negativo. En definitiva, para personas que están en la fase final de su vida. Estas personas deben estar incluidas en el proceso asistencial integrados de cuidados paliativos de Sacyl. Es un proceso en el que se trata de ayudar a las personas en los momentos más delicados de su vida para que, sí así lo deciden, permanezcan en su propio domicilio con todas las facilidades. Queremos que su proyecto de vida y sus deseos sean cumplidos hasta el último momento. Es un proceso en el que se busca la coordinación de Servicios Sociales y de Sacyl y que se gestiona con la colaboración de Asprona León y Asprona Bierzo. Este servicio se puso en marcha a principios del pasado mes de abril y ya tenemos 49 personas que se han beneficiado del mismo en la provincia.
– Castilla y León tiene una de las mejores puntuaciones en la aplicación de la Ley de Dependencia. ¿Cuáles son las claves de ese éxito?
– A la hora de analizar ese éxito, es importante tener en cuenta la colaboración administrativa. Todo el proceso de gestión de la dependencia está coordinado por la dirección general de Personas Mayores desde Valladolid. Además, hay que reconocer el trabajo del servicio de Prestaciones de Dependencia, que gestiona las ayudas en todas las provincias. En León tenemos un equipo de funcionarios que desarrolla un trabajo extraordinario y que hizo una labor muy importante el pasado año. Como consecuencia de la última movilidad de funcionarios, que tuvo lugar en enero de 2022, perdimos siete efectivos que eran fundamentales a la hora de coordinar esas ayudas a la dependencia. Ha costado mucho recuperarlos, pero a día de hoy esa situación ya se ha corregido. También quiero reconocer la labor de las corporaciones locales, porque la valoración de la dependencia la realizan la Diputación y los ayuntamientos de León, Ponferrada y San Andrés del Rabanedo. La buena coordinación entre todos estos agentes es lo que consigue que prestemos el servicio de atención a la dependencia de una forma muy positiva tras superar los problemas del año pasado.
"La idea es tener residencias que huyan de criterios fijos y se adapten a cada usuario"
– En una provincia tan envejecida como León, parece que vamos hacia un nuevo modelo de atención residencial a mayores. ¿Cuáles serán sus características?
– Se ha aprobado recientemente un proyecto de ley de atención residencial para la comunidad de Castilla y León y la idea es modificar en la medida de lo posible el funcionamiento no sólo de los centros privados, sino empezando por el ejemplo de nuestras propias residencias de León y Ponferrada. La idea es implantar un modelo de atención centrado en la persona, de manera que se trata de huir de modelos estandarizados con horarios y conductas fijas y que sea el usuario quien decida cómo quiere que se desarrolle su estancia en la medida de lo posible. Sus horarios, sus comidas, su atención, sus preferencias… Es un modelo que trata de subordinar la organización del propio centro a los planteamientos de las personas. Por otra parte, desde el punto de vista de las infraestructuras, queremos que mejoren y que pasemos de macroresidencias de muchas plazas a miniresidencias que se encuentren dentro de las primeras. Es lo que llamamos unidades de convivencia con un máximo de 16 personas para que sientan que la residencia no es un espacio frío o estandarizado, sino que se parezca en la medida de lo posible a lo que es su propio hogar.
– Y para los mayores que precisamente quieren seguir en sus casas están los programas de teleasistencia y ayuda a domicilio. ¿Cómo valora su prestación en la provincia? ¿En qué línea se puede trabajar para mejorarlos?
– Son servicios que afortunadamente llevan ya mucho tiempo implantados y la población es conocedora de su buen funcionamiento. Se trata de servicios muy estables y no tenemos reclamaciones de usuarios más allá de cuestiones muy puntuales. Y eso es una muestra de que funcionan bien. Respecto a la teleasistencia, quiero recordar que es una prestación en la que se incluye a todos los beneficiarios de las ayudas a la dependencia. Este año ha habido un cambio en la concesionaria del servicio en Castilla y León, pero sigue funcionando con total normalidad. Y respecto a la ayuda a domicilio, desde aquí realizamos un seguimiento de todas las entidades acreditadas. En el caso de que alguna de ellas haga una renovación anual, comprobamos sus datos según su memoria y sus prestaciones. Y en cuanto a las entidades nuevas, comprobamos todos los requisitos de acreditación para prestar el servicio. Nos parece importante poner en conocimiento de las personas que son usuarias de la ayuda a domicilio que las entidades están realizando un gran esfuerzo para que ese servicio sea el adecuado. Nos encontramos con problemas sobre todo en el medio rural, porque son puestos de trabajo muchas veces mal remunerados, con escasas jornadas y con problemas de desplazamiento por el precio tan elevado que tiene el combustible, tal y como nos comentaban el otro día en las jornadas de Isadora Duncan sobre pobreza energética. Cuesta mucho el traslado en el medio rural y son puestos de trabajo con poca jornada y poca remuneración. Y lo que pedimos a las entidades es que pongan el máximo cuidado en que su plantilla tenga la habilitación profesional y que les den la formación necesaria para que los usuarios del servicio reciban la mejor atención posible.
– Todos los programas vinculados a Servicios Sociales son sensibles, pero por cuestiones políticas quizá lo sea especialmente el de la atención a las mujeres. ¿En qué líneas se trabaja?
– Estos programas vienen gestionados por los servicios centrales de la Dirección General de la Mujer. Y quiero incidir especialmente en algo que ya ha dicho la consejera de Familia y la directora general de la Mujer. No va a haber ni el más mínimo retroceso en la gestión de ayudas o prestaciones que requieren las mujeres que sean víctimas de violencia de genero. No va a haber ninguna reducción económica en esas prestaciones. Todo lo contrario, porque la idea es aumentarlas en cuantía y también en los ámbitos que nos están planteando las entidades. Además, este año se han realizado obras de mejora en las tres casas de acogida de la provincia y en el centro de emergencia, que está en Ponferrada. Las dos casas de acogida de León están gestionadas por la Asociación Leonesa de Caridad y por Simone de Beauvoir, mientras que tenemos una tercera en Fabero que está en manos de la Hermandad de María y José y la Caridad. La ocupación a día de hoy es casi completa. Y también quiero recalcar la colaboración excelente que tenemos en esta materia con los ayuntamientos y la Diputación, además de con las entidades sociales, a las que quiero reiterar nuestro agradecimiento. Si las entidades, sería imposible que los programas dirigidos a las mujeres estuvieran bien atendidos.
– Hemos repasado los principales programas que coordina la Gerencia de Servicios Sociales, pero ¿cuál es la clave para hacerlo de una manera efectiva?
– El trabajo en equipo que hacen los funcionarios es fundamental tanto en los centros como en esta sede de la plaza de Colón. Ese trabajo en equipo es imprescindible en asuntos tan fundamentales como la infancia. La protección a la infancia es otra de las actividades fundamentales que llevamos a cabo y ahora mismo tenemos 379 expedientes de menores tutelados en protección. Parece una cifra poco importante, pero ese trabajo en equipo dirigido a esos menores lleva 24 horas al día y 365 días al año, además de imprevistos que requieren una intervención inmediata. Ocurre lo mismo con la atención a la dependencia. Estamos hablando de 115 documentos que entran cada día, de 10.000 solicitudes que tenemos ahora mismo o de 7.500 resoluciones. El trabajo en equipo es fundamental para resolver todo esto. Y fuera de los números, es también importante en la gestión de los centros y en las actuaciones que afectan directamente a las personas, como es el caso también de la atención temprana que se lleva a cabo en la unidad de valoración de personas con discapacidad.
– ¿Qué perfil tienen eso menores?
– Cuando un menor está en situación de protección, es porque hay una necesidad o un riesgo. Hablamos de un proceso largo con fases de detección, investigación, valoración, intervención familiar a través de las corporaciones locales y seguimiento de esos menores. El objetivo es neutralizar o minimizar ese riesgo o esa situación de desamparo para garantizar su integridad y seguridad en el ámbito familiar. Sin embargo, cuando vemos que no hay salida, es el momento en el que debemos declarar la desprotección del menor y asumir su tutela en un entorno de convivencia alternativo hasta que alcance la mayoría de edad. Hay dos opciones. Si es posible, la primera siempre es el acogimiento familiar. Tenemos un listado de personas acogedoras gestionado por Cruz Roja, que se encarga de evaluar su idoneidad en función del perfil del menor. Y está además la alternativa de los centros. Hay varios y el nuestro es el Suero de Quiñones, pero hay otros concertados en León y Ponferrada. El objetivo es promover su inserción y lograr que tengan habilidades para desarrollar una vida adulta de manera independiente.