Cuando las miradas estaban puestas en Valencia, con los corazones encogidos como no puede ser de otra manera, se produjo un suceso entre Asturias y León, un enorme argayo tapó la autopista del Huerna e interrumpió el tráfico por un tiempo aún por saber con exactitud. Los primeros momentos fueron duros, de temida expectación pues la magnitud del derrabe hacía posible que hubieran quedado atrapados bajo su tierra —y lo que arrastró coches u otros vehículos—, en definitiva más vidas perdidas.
Fue un alivio para todos; por ello, saber que bajo aquel argayo solo había tierra, que no había víctimas y, con el dolor de Valencia aún muy presente, el psicólogo Andrés Martín explicaba en la radio «que la gente siente una liberación al saber que no hay muertos, como una necesidad de celebrar algo positivo; aunque solo fuera por ausencia de algo temido pues la incidencia también era en realidad grave».
Y los asturianos, los más afectados, se lo tomaron con mucho humor y comenzaron a correr los memes, los chistes, las bromas. La más repetida era la de «España quedó aislada», bravuconada solo comparable a aquella de «Asturias es España y lo demás tierra conquistada».
Incluso los periódicos se hicieron eco de las bromas y El Comercio de Gijón titulaba con lo que llamaba chascarrillo: «España, aislada de Asturias tras el argayo del Huerna», para explicar su autora, Elena Cuesta, el origen de la broma o los antecedentes de la misma: «Se atribuye a un titular del Daily Mail, el emblemático periódico británico, a principios del siglo XX, que habría titulado una de sus informaciones de esta manera: «Niebla en el canal. El continente, incomunicado».
No se tomaron tan bien la sorna asturiana algunos colectivos leoneses, y leonesistas, por la vieja costumbre asturiana —ligada a ese España aislada—de llamar a todo lo que queda del alto de Pajares hacia el sur como «Castilla o la Meseta». Y llovieron las protestas, especialmente cuando estas expresiones fueron utilizadas en telediarios o informativos de televisión.
Una de las bromas que más circula por las redes es la de «ganancia para el Ezequiel» o, como ellos suelen decir, «Ca Ziquiel», en una imagen que aparece el amplio aparcamiento del hostal sin un solo hueco. Pero no era solo broma pues este viernes reporteros de La Sexta en Asturias estaban en diversos restaurantes de la comarca preguntando si se había multiplicado la afluencia, que les reconocían que sí y, por ejemplo, Rocío, del Restaurante Golpejar, cifraba el aumento en «un 40 o un 50%, a la espera del fin de semana».
Pero el que más furor ha causado es un corto monólogo (un minuto y medio) de un asturiano que comienza:«No sé si visteis lo que pasó pero, claro, ye muy gorda. Cayó un argayo ahí en el Huerna y dejó a España aislada, totalmente. Y ahora, dios nos libre, que los probes quedaron tos p’allá, que tan muertos de fame. (...) Unas berridas. Tan ellos queriendo limpiar y ¡ay dios! ¡cómo los tenemos de mal criaos! Son cuarenta y pico millones pero no dan eso quitao en meses. (..) Tendremos que ir nosotros, oye, tres o cuatro p’allá, que para nosotros ye un momento, porque si no, dios nos libre, muerren la mitad, al paso que va esto».